En el siglo I, el médico griego Dioscórides elaboró un tratado de botánica farmacéutica cuya vigencia pervive en nuestros días. Tras experimentar muchas adulteraciones medievales, en 1555, el humanista segoviano Andrés Laguna lo tradujo al castellano, lo amplió y lo iluminó con grandes dosis de conocimientos y sentido del humor. Ya en el siglo XX, el premio Cervantes Antonio Gamoneda, consciente de que el tiempo ha convertido la ciencia en literatura, persistió en la adulteración del texto, extrayendo la poesía al Libro Sexto, acerca de los venenos mortíferos y de las fieras que arrojan de sí ponzoña en ‘El libro de los venenos’. Y ahora, en 2019, de nuevo en colaboración con el poeta, el artista Luis Moro lo vuelve a reinterpretar a la luz de los sueños dando como resultado un “Dioscórides del siglo XXI” onírico, híbrido, sensorial y posmoderno. Él mismo nos guía en este viaje, con la búsqueda de la Triaca, el remedio para todos los males, basado en plantas mágicas y medicinales, como brújula.
Fruto de este trabajo, cuya fórmula mágica se ha dejado reposar 25 años, se exponen en las Salas de las Caballerizas del Torreón de Lozoya de Segovia ciento cincuenta piezas entre acuarelas, esculturas, obras en plata y en vidrio, instalaciones y algunas pinturas que cobran vida a través de la realidad aumentada gracias a las animaciones de GAMA, Axertia Internacional y el propio Moro y a la musicalización de Four hands project. Este viaje a través del tiempo también lo hará por el espacio: Tras Segovia, la muestra se trasladará a Alcalá de Henares, probablemente a Washington, a México…
“Mi aportación es la parte plástica, darle ese punto artístico de realidad aumentada que nos sitúa en el siglo XXI, incluso hay una parte olfativa, con pequeñas esencias de laurel o romero. Creo que también hace que nuestros sentidos vayan un poquito más allá y poderte imaginar a través de sensaciones, bien virtuales, bien imaginarias, un poco ese Dioscórides del siglo XXI”, explica el propio artista.
Nadie mejor que el creador para dar a conocer la esencia de su obra: “Aquí me he centrado en las plantas. Tenemos posibles combinaciones de la triaca, este remedio multifármaco, que desde la época de Nerón ya existía e iba variando a lo largo del tiempo. Podemos ver las acuarelas en las que aparecen diferentes plantas, como la belladona, la mandrágora, el beleño, el lino, el laurel… Y después hay enfoques microscópicos de lo que es el mundo orgánico y mágico de las plantas y que también hace un poco referencia a ese mundo psicodélico y psicotrópico del que habla Laguna y Gamoneda después profundiza de una manera mucho más literaria en su 'Libro de los venenos'. Hay partes más surreales, para llevarnos a ese mundo más fantástico”.
Esta “triaca estética, fármaco artístico, aroma y sonido” de Luis Moro, tal y como la ha definido Marifé Santiago-Bolaños, lleva en su composición el agua del río de la cultura compartida; la esencia promiscua de la naturaleza; e incluso una pizca generosa de la lógica colaborativa de Internet. También la mezcla entre sueño y realidad que es una constante en la obra de este artista. En una vuelta de tuerca más al ingenio en la búsqueda de la curación de los dolores, los físicos y los espirituales, Moro reescribe las recetas, imprimiéndoles la ilusión que prometen los paraísos artificiales, pero que solo la naturaleza, cuando le place, concede.
“Dualidades entrelazadas”
Pese a su obvia base científica, no se puede leer esta exposición de manera literal. Por eso, el artista tiñe el estramonio de rojo, “el color del peligro”; insectos alados palpitan ebrios entre los pétalos; o las raíces de mandrágora se confunden, como cantos de sirenas, con caballitos de mar. No en vano, el germen de esta serie fue ‘El Bestiario del Dioscórides’, que Moro gestó hace 20 años. “Detrás de cada planta puede haber un ánima. Y a veces se transforma en pintura y la pintura en animación”, apunta.
“Dualidades entrelazadas” titula el crítico de arte José Manuel Springer el texto introductorio a la muestra. En efecto, esta propuesta artística constantemente nos señala las dos caras de la moneda: La claridad y la oscuridad, la magia blanca y la magia negra, el micro y el macrocosmos, el yin y el yang, los paraísos naturales y los infiernos artificiales, el remedio y el veneno: “Esta exposición habla precisamente de las medicinas, de los remedios, pero también del veneno. Cómo una misma sustancia puede ser ambas cosas. Depende de la dosis, del momento y de las mezclas que se hagan”. Y hablando de mezclas, en esta triaca confluyen la ciencia y la poesía; las tres culturas; el azul ultramar y blanco sagrado; la geometría que se repite en la naturaleza y “las cajas anónimas de las medicinas de patente”; la quintaesencia y la luz; el dorado de la alquimia y la fuente de la eterna juventud; el vidrio y la plata.
La Marcha de Mujeres de Segovia, el ‘Arte en plata’ y la belladona
Jalonan todo el recorrido pequeñas joyas en plata, preciosas esculturitas con forma de flores o semillas como el opio, el lino o la belladona. Precisamente este año, las participantes en la Marcha de Mujeres de Segovia esculpieron con sus cuerpos esta flor diseñada por Luis Moro a los pies del Acueducto, figura inmortalizada en una foto desde el aire por Aarón Misis.
El artista explica el origen de esta serie titulada ‘Arte en plata’: “En los últimos años he realizado una serie, que precisamente surgió por el primer dibujo que hice para el X Aniversario de la Marcha de Mujeres de Segovia, el corazón, y realicé mi primera pieza en plata a partir de esa gran performance. Y este año, pensando en las mujeres, qué mejor título que la belladona. Una mujer bella que representara también en plata y que por otro lado diera título a esa serie que forma parte también de uno de los elementos de la ya histórica triaca”.
“Todo en el mundo está conectado, decía el genial Leonardo Da Vinci. La obra de Luis Moro es un ejemplo de esta sentencia”, afirma Springer. La continuación de este viaje, tal vez, se encuentre en otra introspección, en este caso en el mundo mineral del Dioscórides. Así lo sugirió el presidente de la Fundación Caja Segovia, Rafael Ruiz, en la inauguración de la muestra. El artista encara así sus próximos proyectos: “Este es un empiece. Empezamos con ‘Miradas cruzadas’, con Poniatowska y Gamoneda, y te das cuenta de que la confluencia interactiva puede llevar bastante más allá. Seguimos trabajando con Axertia Internacional y hay un museo en México dedicado al mundo mineral. (…) Iré viendo hacia dónde podemos llegar, si hacia el mundo mineral, si se encontrarán los mapas con los minerales, vamos a ir viendo las sorpresas que nos depara el arte”.
De momento, la próxima parada será el día 26 de junio, cuando se presentará, también en el Torreón de Lozoya, “un catálogo en el que se podrán ver los textos, ilustraciones, cuadros y toda la serie que me ha llevado a esta triaca”.
La exposición 'Triaca: Dioscórides – Laguna – Gamoneda' está organizada por el Aula Andrés Laguna, integrada por el Ayuntamiento de Segovia, la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, la Fundación Lilly y la Universidad de Alcalá en colaboración con la sede del Museo Torreón de Lozoya – Fundación Caja Segovia. Abierta hasta el 01 de septiembre podrá visitarse en Plaza de San Martín Nº 5 de Segovia, de martes a viernes de 18 a 21 h. Los sábados, domingos y festivos, de 12 a 14 y de 18 a 21 h.
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