Carta al director: los humanos que se creen dioses

Algunos humanos creen que son dioses. Piensan que son superiores a otros animales y que la vida de otros seres no tiene valor. No solamente asesinan sin piedad a otros seres vivos indefensos que unicamente intentan sobrevivir y no han hecho dano a nadie, ademas entrenan a otros animales para acorralar, torturar y matar a sus victimas. Lo llaman caza. Lo llaman deporte. Torturar y matar a una victima inocente e indefensa es divertido para ellos. Creen que son dioses. Una arrogancia infinita que causa inmenso sufrimiento a otros seres vivos y asombra a humanos con conciencia. Una ignorancia infinita que refleja una absoluta falta de comprension. Cada ser vivo en esta tierra, por insignificante que pueda parecer, es un eslabon de una cadena de la que todos formamos parte, al menos por un efimero momento en el tiempo.

Cada vida, por pequena que parezca, es una valiosa pieza de un engranaje, esencial para su funcionamiento. Cada vida es una pieza clave de un puzzle mucho mas importante que cualquiera de nosotros. Todos y cada uno de los seres vivos son parte de un todo que los humanos no tienen derecho a alterar. La ignorancia de los humanos que se creen dioses no solo es apabullante, es peligrosa. Ningun humano es dios. Ningun humano tiene derecho a matar a otro ser vivo. Ningun humano es superior a otros animales, excepto en maldad y crueldad. Matar a un inocente es un crimen contra la humanidad.

Todos somos victimas. Torturar y asesinar a un animal indefenso es una cobardia. Los humanos que se creen dioses y los responsables politicos que toleran sus atrocidades crean una sociedad en la que no se puede vivir dignamente. No puede haber paz si se consienten crimenes contra la humanidad. No puede haber justicia si los inocentes son asesinados impunemente porque nadie los defiende. Todos y cada uno de nosotros tenemos la obligacion de respetar y defender a otros animales. Los animales no humanos tratan de sobrevivir en un mundo en el que el Hombre les ha negado el acceso a cobijo, agua, y alimento. Viven una vida de sufrimiento y carencias y mueren sin haber vivido la vida para la que han nacido.

Por si esto no fuera suficiente, llegan los humanos que se creen dioses. Con sus armas. Con su patologico deseo de matar. Con su maldad. Con su ignorancia. Con su arrogancia. Hace falta una ignorancia infinita para pensar que la vida de otros seres vivos no tiene significado. Hace falta una arrogancia infinita para pensar que los humanos son superiores a otros seres vivos. Hace falta una crueldad infinita para acorralar a un ser vivo indefenso hasta matarlo sin piedad. Pero no solo los humanos que se creen dioses son culpables. Los responsables politicos que consienten el asesinato de seres inocentes son tan culpables como los asesinos en serie que cometen los crimenes.

M. Adeva