
Parece ser que no nos tienen acostumbrados nuestros políticos a que los engalanados programas electorales sean tras el paso por las urnas los proyectos que de verdad se ejecuten y se vean cumplidos.
Debe ser eso. Porque si hay algo de cierto en las acusaciones que unos y otros se hacen por el bulevar de Blanca de Silos es que efectivamente era una propuesta del que hoy es alcalde, y como las urnas han hablado, ya no sólo es una propuesta si no que ahora, es además un compromiso. Y Dios mediante que quiere cumplirlo.
Y esto, también nos parece mal, pero avisados estábamos.
Entendería el rechazo y el tirón de orejas por lo contrario que suele ser lo habitual: prometer y luego nada. Ejemplos no nos faltan: el aparcamiento de los Tilos, el ascensor del salón, etc., pero ¿por hacer algo que dijiste que ibas a hacer? Casi toda la oposición se cobija en el argumento de la falta de estudio de viabilidad previo, y esto es para que el consistorio lo tenga bien en cuenta, se ande fino y vaya con cautela en la ejecución de un proyecto que sin duda será vigilado de cerca. Pero también esgrimen argumentos que más que tales son suposiciones y previsiones de consecuencias nefastas. A priori, dan por hecho la implantación de negocios de hostelería a los que por tratarse de un entorno universitario presuponen molestos y ruidosos. Como si los estudiantes de la UVA fueran poco menos que una eterna despedida de soltero (no como los de la IE ejemplo de convivencia y discreción).
Con lo bonito que sería pensar en bonito… un bulevar de encuentro cultural con sus terrazas (climatizadas si es posible, por favor), sus tiendas de barrio, sus flores y parterres, sus músicos y pintores callejeros con unos bonitos bancos que inviten a estudiantes, profesores y visitantes a hacer parada en tan singular espacio creado de la nada. Y con ese nombre tan cinematográfico…Sería bonito, sí, pero lo cierto es que a día de hoy el proyecto sólo lo conoce Mazarías, y si bien está que alguien cumpla lo prometido, los ciudadanos estamos un poco cojos de información en algunos aspectos. Podemos imaginarlo bonito, sí, pero con muchas incógnitas y mucho me temo que el tema del ruido sí que es un augurio futurible y real. El sonido del claxon, atascos y motores es a veces mucho menos molesto que el de las despedidas de soltero/a.
Foto: la actriz Blanca de Silos
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