
La recientemente creada Cátedra de estudios sobre la Escuela Segoviana y la Renovación Pedagógica ha organizado la exposición “Las Colonias Escolares Segovianas 1899-1935”, en la que, a través de 14 paneles y de numerosos materiales —fotografías, noticias y avisos de la prensa de la época, libros del movimiento higienista, memorias de las propias colonias,…— da a conocer el recorrido, en ese período histórico, de esta iniciativa de mejora de las condiciones de salud y de la educación de la infancia.
Comisariada por Susana Vilches, miembro de la Cátedra y directora del Archivo y de la Biblioteca de la Diputación de Segovia, la exposición contextualiza el surgimiento de las colonias escolares de vacaciones: ante una realidad marcada por la pobreza y las pésimas condiciones de habitabilidad y salubridad —en uno de los paneles puede verse el dato de que en la Segovia del año 1900 la mitad de las muertes que se producían correspondían a niños menores de 5 años de edad—, por el gran porcentaje de analfabetismo , se abre paso el movimiento higienista. Ese afán higienista es el que hace que se cree la primera colonia escolar en España, organizada el Museo Pedagógico Nacional en 1887, en San Vicente de la Barquera, para procurar a esos primeros colonos una temporada al aire libre, previa supervisión médica, con buena alimentación, con paseos didácticos y excursiones y una programación de experiencias de actividades en la naturaleza y de experiencias culturales.
Segovia se incorpora a este movimiento en 1895: a instancias de Félix Gila, quien fuera catedrático de Historia Natural en la Universidad de Zaragoza y promotor de la primera colonia escolar compostelana en 1893, se crea una Junta Organizadora de las Colonias. Tras algún intento fallido, logra poner en marcha la primera colonia escolar segoviana en 1899: 21 niños, de entre 9 y 12 años, marcharon a San Rafael y otros 19 niños fueron a la llamada colonia marítima, en San Vicente de la Barquera.
Las vitrinas de la exposición muestran anécdotas reveladoras de las características de esa iniciativa educativa: los datos antropométricos de los niños antes y después de participar en las colonias (antes de iniciarlas se realizaba un exhaustivo reconocimiento médico y fisiológico y se procedía a su vacunación cuando el niño no lo estaba previamente), los intercambios con otras colonias –las visitas a Segovia que realizaron las colonias de Barcelona—, las condiciones de transporte en que se realizaban los viajes (hay una imagen muy ilustrativa del paso por el puerto de Navacerrada de los niños y niñas de la colonia de Barcelona en su viaje a Segovia), los platos que componían el menú diario, el presupuesto para su puesta en marcha, las fotos de la colonia escolar de 1931, realizada en el Palacio de Riofrío, en las que se ve a los niños y niñas en el comedor de los Reyes o en dormitorios que lucen en sus paredes magníficos cuadros de pintores reconocidos o las noticias aparecidas en la prensa de la época.
La exposición muestra cómo las colonias, sobre todo con el impulso que supone la llegada a Segovia del inspector Antonio Ballesteros, van pasando de un carácter filantrópico y caritativo, a otro donde predomina una mayor intencionalidad educadora, donde el higienismo está más desarrollado y se defiende la coeducación de niños y niñas. Se recoge también la preocupación por que las colonias segovianas tuvieran una sede estable, cuestión que no se logró, pues las colonias fueron cambiando de lugar, recorriendo localidades costeras —Otur (Asturias), Santander— o de nuestra provincia —El Espinar, Navafría, Casla, Prádena, San Ildefonso,…—.
Las colonias fueron posibles, además de la dotación que en algunas ediciones recibieron del Ministerio de Instrucción Pública, por los donativos de particulares y por las subvenciones aportadas tanto por el Ayuntamiento de Segovia como por la Diputación Provincial, pero, sobre todo, por los maestros y maestras acompañantes, que, de manera entusiasta, se encargaron de dirigir esta iniciativa en los veranos en que se desarrolló. El último de los paneles recoge una relación de estos maestros y maestras acompañantes. También se muestra cómo se llegó al final de esta valiosa experiencia educativa cuando el régimen franquista envió una circular con la prohibición de colaborar con las colonias coeducativas.
La exposición, financiada por la Diputación Provincial, ha sido posible gracias a la existencia de un exhaustivo estudio previo de Carlos de Dueñas, miembro de la Cátedra, que ha visto la luz en un libro publicado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia el pasado año. Puede visitarse hasta el día 21 de diciembre, en horario de 8:00 a 20:45 h.







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