
Las obras de refuerzo de la carretera CL-601 de La Granja al Puerto de Navacerrada están afectando al parque nacional de la Sierra de Guadarrama por la tala de arbolado de los paseos históricos, la contaminación y la destrucción paisajística de sus márgenes.
En los últimos años venimos asistiendo a una serie de intervenciones a lo largo de la carretera CL-601, del Puerto de Navacerrada a Segovia, consistentes en el ensanchamiento permanente de la vía, la construcción de un buen número de rotondas y carriles -a veces sin criterio, lo que ha supuesto su posterior desmantelamiento- y a la pérdida continuada de arbolado a lo largo de los paseos históricos que jalonaban y daban sombra a lo largo de la vía desde Valsaín a Segovia.
Actualmente, las obras se ejecutan en el tramo comprendido entre La Granja de San Ildefonso y el Puerto de Navacerrada -PK 7,450 al PK 24- están englobadas dentro del Plan Regional de Carreteras de la Junta de Castilla y León y están siendo ejecutadas por la empresa Padecasa.
Paralelamente al refuerzo del firme, se está llevando a cabo una nueva tala de árboles a lo largo del paseo entre La Granja y Valsaín, el desbroce desmesurado de cunetas y márgenes de la vía y el vertido del asfalto procedente del fresado de la vía en los bordes de la carretera, llegando en algunos puntos a un ancho tal, que podría ser considerado un ensanchamiento encubierto de la vía, el cual ni siquiera es objeto de contratación.
Estos vertidos de escombros, estas talas y la eliminación de toda la vegetación a lo largo de sus márgenes, son algo absolutamente inadmisible en cualquier punto de Europa -incluida España, sí- y aquí debería serlo también, máxime cuando la citada vía atraviesa el parque nacional de la Sierra de Guadarrama, un espacio natural protegido, que guste o no, goza de la mayor figura de protección entre los Espacios Naturales Protegidos de este país, por albergar una serie de valores naturales y culturales que lo han hecho merecedor de esta protección.
Esta actuación deja en evidencia al gestor del espacio natural, la Junta de Castilla y León, que también es promotora de las obras, pero que debería ser garante de la conservación de este espacio, lo que demuestra una falta de sensibilidad con estas actuaciones -pues sus actuaciones no concuerdan con los principios que animaron la creación legal de este espacio natural protegido y desvirtúan su figura.
Esta conducta de la Junta de Castilla y León resta credibilidad a su gestión, raya la legalidad (pues los vertidos de residuos asfálticos no son admisibles), afean la entrada al Parque Nacional, propicia un aumento de la intensidad del tráfico en esta carretera -la cual es atravesada a diario por fauna silvestre que es atropellada de forma continuada- deja sin arbolado a los vecinos que transitan a diario por los paseos de la carretera tanto en bicicleta como andando, y fomentan la utilización del vehículo privado en detrimento del servicio público, que ya funciona en otros valles como el de Lozoya o entre Madrid y Navacerrada y Cotos, lo que supone un aumento del ruido, la emisión de gases de efecto invernadero, la masificación del espacio, el desplazamiento de fauna, etc.
Por todo ello se solicita la retirada de todo el escombro procedente del asfalto fresado -incluido el utilizado para la construcción de bermas- y medidas correctoras en sus márgenes que minimicen la sistemática perdida de arbolado, porque esta carretera se merece algo más que el paso de vehículos.
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