
Eso dicen. O eso se dice en general. Pero en Segovia se dice poco y lo poco que se dice no se hace.
Porque ¿cómo es posible que desde el año 2004 en que sacaron del Policlínico los servicios más esenciales, continuemos con tantas carencias sin que nadie se haya inquietado de verdad? Para empezar deberemos poner el punto de mira en el Partido Popular, que es el que lleva todo este tiempo boicoteando la reapertura de este Hospital sin dar ninguna explicación mínimamente convincente. Pero es que si los segovianos hubiéramos contado con una oposición como Dios manda las cosas habrían ido por otros derroteros.
¿Qué motivaciones tienen unos y otros para dejar pasar lustros, impertérritos, sin solucionar la sanidad en Segovia? ¿Qué hemos hecho para que se nos castigue de esta manera? Sí, algunas declaraciones, algunas mociones desganadas, pero de tomar las riendas del asunto nada de nada. Y, también hay que decirlo, tenemos una población, bondadosa y confiada en nuestros próceres, o directamente pasota, que se contenta con tener garantizado su cafetito o su chato diario. Porque eso sí es lo primero. Parece que los miembros de esta pobre Plataforma somos los únicos que estamos preocupados por saber si tendremos cama en la que nos atiendan cuando llegue el momento.
El pasado fin de semana se celebró una manifestación en defensa de la sanidad pública totalmente decepcionante, porque lo que allí se coreó, aparte de las obligadas alusiones a Mañueco, se podía haber voceado en Albacete; y eso aunque estamos en Segovia, una provincia con gravísimas carencias y agravios respecto al resto de la Comunidad. Somos la única provincia de España con un solo hospital. ¿No merece eso un apartado propio dentro de la manifestación? Nada se dijo tampoco sobre la constatada diferencia de inversiones sanitarias en nuestra provincia desde que se hicieron las trasferencias hasta el momento actual; nada de esos continuos traslados, que, por poner sólo un ejemplo, hacen que nuestros pacientes mentales tengan las estancias medias en Palencia; nada de los inquietantes cierres de los consultorios de los pueblos, etc.
Tampoco se exigió revisar el horror que padecimos en la pandemia y que -como hemos dicho muchas veces- supuso el mayor número de fallecidos per cápita en España y el segundo de Europa según la Agencia Europea de Estadística y el INE. Pero qué vamos a esperar cuando hace muy poco un alto representante de los segovianos, cuyo nombre no vamos a decir porque no gustamos de hacer sangre personal, nos dijo que eso eran inventos. ¡Inventos los datos de Eurostat y el INE! A nosotros nos parece muy evidente que el desastre fue debido a la falta de un segundo hospital; pero nadie quiere hacer ese estudio, ni hablar de toda esa gente que murió en pasillos y que podría haber sido atendida en el Policlínico. Esta Plataforma reta a nuestras autoridades a que se manifiesten públicamente y que digan que están tranquilos, que contamos con medios para abordar cualquier otra emergencia que pueda sobrevenir en el futuro. Si no los tuvimos en 2020, y no se han puesto medidas para solucionarlo, ¿qué nos hace pensar que no va a volver a pasar exactamente lo mismo en la siguiente? Alguien debería responsabilizarse de situaciones semejantes. Y de semejantes abandonos.
Por descontado no hubo ninguna mención “oficial” al cierre del Policlínico, ni tuvo cabida un punto nº 17 en el Manifiesto que se leyó al final para solicitar su reapertura, quedando toda la reivindicación en un “pase misí, pase misá, por la puerta del hospital” al pasar por delante del edificio (¿?). Llama la atención que desde Atención Primaria no se esté clamando por esa reapertura, cuando son los médicos y enfermeras los que están teniendo que salir al paso de atender a los pacientes de esas 150 camas que nos faltan y que no tienen una correcta rehabilitación hospitalaria, por lo que tienen más probabilidades de recaer o sufrir derivadas. En Burgos, volvemos a poner un ejemplo, no tienen remilgo en solicitar a voces la reapertura del Divino Vallés (similar a nuestro Policlínico) cuando cuentan ya con varios hospitales, y además están disfrutando de su Hospital Universitario con una inversión de 2.000 millones de euros (sic), cuando los segovianos necesitaríamos apenas 15 ó 20 millones para sacar el nuestro adelante.
Tenemos unas elecciones encima en las que la clase política tiene la obligación de presentar programas con fundamento para que los votantes de las distintas tendencias puedan apoyarlos con algo de ilusión. En estos días preelectorales se prometen cosas y cosas muchas veces absurdas, pero quizá el último shock ha sido el anuncio del PP, refiriéndose al Policlínico, de “Tumbarlo y levantar un nuevo edificio”. ¡Pero qué barbaridad! Y todo basado en una auténtica leyenda urbana que dice que el edificio está en malas condiciones estructurales, cuando hay dos informes serios -uno de la Junta de Castilla y León y otro del Ministerio de Trabajo- que dicen lo contrario. Evidentemente habrá que cambiar azulejos, tuberías y escayolas, que para esa actualización se cerró, y también el ascensor, que era algo que realmente sí funcionaba mal.
Mientras tanto se sacan de la manga una propuesta populista que el personal puede aplaudir a rabiar: ¡una residencia de ancianos!, sin pensar que lo realmente necesario antes de una residencia en la que aparcar a la gente es un hospital para rehabilitarse, volver a casita y no acabar en la residencia antes de tiempo. Y además confunden al decir que tendrá estancias medias, ya que no se trata de las hospitalarias, sino de esas otras que hay actualmente en residencias de ancianos, de pago y sin atención médica adecuada, sacándonos del Sistema Nacional de Salud que es gratuito. Mucha sanidad pública, universal y gratuita en las soflamas, pero luego a las primeras de cambio nos quieren colar una residencia concertada ocupando el espacio de un hospital público, y aquí nadie dice nada.
Por otra parte, dudamos de que vayan a querer regalar un edificio -propiedad del Estado- para en primer lugar tirarlo, luego construir otro y acabar dando la gestión a una empresa privada. ¿Qué es esto? Otra cosa sería solicitar una cesión de uso para el mismo cometido que tenía, que eso -ya está consultado- sería fácil de conseguir. Ante este panorama, a muchos nos viene a la mente el antiguo hospicio, que era una residencia de ancianos y lo sería todavía si no se le hubiera regalado a la SEK para montar un negocio… Si ahora hay un verdadero interés por hacer una nueva residencia pública o privada, hay muchos otros edificios disponibles, si no miren por ejemplo a las Jesuitinas, que tienen un magnífico emplazamiento.
Por último no podemos por menos de insistir en hacer llegar a la población que el proyecto que se vende como “ampliación del Complejo Hospitalario” en realidad es una infraestructura para la Escuela de Enfermería, consultas externas y 150 aparcamientos. Es decir, que no aborda siquiera el problema de la falta de camas, que sigue estando ahí.
Pedimos a nuestros representantes políticos que se pongan de acuerdo para reabrir el Hospital Policlínico. A unos, que superen su obstinación y cambien de opinión, que rectificar es de sabios y es posible; a los otros, que se pongan las pilas, pero de verdad, no para hablar de pico. Y a todos, que demuestren que actúan con criterios políticos éticos y con responsabilidad personal. La única solución real para los problemas sanitarios de Segovia es el Policlínico.
PLATAFORMA EN DEFENSA DEL HOSPITAL POLICLÍNICO
Segovia, 9 de mayo de 2023
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