
Entrevistamos a Begoña Garrido, una destacada atleta profesional con una dilatada trayectoria en la práctica y enseñanza del atletismo, que la convirtió en una referente olímpica. A sus 62 años, Garrido es ahora deportista paralímpica, que dedica su tiempo a competir y entrenar en la modalidad de esgrima.
Desafortunadamente, Garrido se vio obligada a abandonar el atletismo debido a la aparición de varias patologías, incluyendo una compleja afección en su columna vertebral, que requirió la extracción de casi dos vértebras y la formación de un quiste. Esto la motivó a unirse al colectivo esgrimista, donde pudo encontrar una nueva pasión y desafío deportivo en su carrera como atleta paralímpica.
Entrevista realizada por Mijail Petrov, David Blanco y Vanessa Higuera
¿Cuál fue el motivo de empezar a practicar encima esgrima?
Desde siempre he sido atleta y solía entrenar en el Centro de Alto Rendimiento (CEAR) de Valladolid, donde había una sala de pesas que utilizaban todas las disciplinas deportivas, como tiro con arco, baloncesto y esgrima. Mi amiga Susana Blanco solía animarme a probar la esgrima adaptada, pero yo siempre decía que no. Sin embargo, después de dos intentos fallidos, en el tercer intento ella me obligó a subir, me llevó en el ascensor y me sentó en la silla. Tiré esgrima, y fue lo más bonito del mundo.
¿Cómo ha sido tu evolución en la esgrima?
Mi experiencia en el atletismo me hizo entrenar con un ritmo intenso por largos períodos. Al principio, dedicar solo una hora a la semana a mi entrenamiento de esgrima no fue suficiente, pero ahora dedico dos días completos a la semana a mi entrenamiento intensivo de esgrima en otra ciudad. Esto cambió después de mi primer campeonato de esgrima, que fue un punto de inflexión que me hizo replantear mi enfoque hacia el entrenamiento. En resumen, pasé de dedicar solo 2 horas a la semana a 2 días completos de entrenamiento.
¿En qué momento empezaste a ver la esgrima como algo profesional?
Cuando vi el calendario de competiciones de esgrima, en el que solo figuraban las copas del mundo, el europeo y el campeonato del mundo, me motivó la idea de seguir compitiendo a nivel nacional e internacional, al igual que hacía con el atletismo. Quería entrenar para tener un objetivo claro, como alcanzar esos campeonatos. Mi espíritu competitivo siempre ha sido muy fuerte, lo que me ha impulsado a seguir adelante y a crecer en cada ámbito del deporte.
¿En qué te ha ayudado la esgrima en tu día a día?
Gracias a la esgrima, he vuelto a sentirme como una deportista de élite. Esta disciplina ha conseguido devolverme esa chispa que me hace sentir pleno y satisfecho. Después de haber estado en el mundo de la alta competición, dejarlo supuso un golpe duro para mí. Sin embargo, actualmente disfruto de pequeños momentos como preparar mi equipación de competición la noche anterior, reunir mi equipaje y mis instrumentos, y luego competir, lo que me ha ayudado a recuperar lo que había perdido.
¿Qué sientes y piensas antes de competir y durante?
Durante la competición, hay altibajos que requieren de un esfuerzo psicológico importante para salir rápidamente de los momentos difíciles y regular el rendimiento. Antes de competir, es fundamental analizar la situación, mantener una actitud positiva y estar motivado. Sin embargo, durante la competición, es importante tener en cuenta que se está luchando contra otra persona que tendrá tácticas y un estilo de trabajo diferentes. Por lo tanto, es necesario adaptarse a la situación y entender que los fallos forman parte del proceso de la competición. La clave del éxito es saber regularse a uno mismo.
¿Cuál es tu motivación?
Actualmente estoy en un club llamado El Cid Campeador, donde recibimos entrenamiento de nuestro maestro Roberto. Este club es de su propiedad y creo que es un gran mérito. Me levanto cada día con ganas de entrenar porque siento que esto es un trabajo y, gracias a los resultados que he obtenido, me motivo cada vez más.
¿Qué objetivos deportivos tienes actualmente?
Estoy en el proceso de puntuar para los Juegos Olímpicos de París 2024, además de tener los campeonatos de España en los que se tira de una manera diferente y en los que la competición es mixta, participando 7 chicos y 2 chicas. Este evento hace que subir al podio sea más complicado, pero estoy lista para afrontar el reto. En cuanto a competiciones internacionales, el año pasado tuve la oportunidad de llevarme la medalla de plata en Austria, lo que fue un gran logro para mí.
¿Cuáles son tus metas cuando acabe tu carrera como competidora?
Continuar siendo entrenadora de atletismo me motiva enormemente. Siempre me ha llamado la atención el trato que se les da a los niños con discapacidad en el mundo del deporte. Me encantaría hacer algo para mejorar la situación de este colectivo, ya que necesitan un impulso que les ayude a crecer y desarrollarse. Creo que el deporte puede ser una gran herramienta para ayudar a estos niños a superar barreras y desarrollar habilidades que les permitan disfrutar de una vida más plena y satisfactoria.
En mi vida, me he sentido particularmente vulnerable en el ámbito de la salud, ya que siempre he sido muy alérgica y he necesitado tener cuidado con los alimentos que consumo, especialmente cuando como fuera de casa. Además, no me gusta que me limiten o me digan lo que no puedo hacer, ya que me considero una persona muy independiente. Cuando me diagnosticaron mi discapacidad, y me dijeron que había cosas que no podría hacer, me preguntaba por qué no podía hacerlas, ya que siempre he sido una persona muy activa. Para mí, es fundamental hacer cosas que me hagan feliz y me permitan desarrollarme como persona.
CONCLUSIÓN
¿Es el deporte una herramienta para la inclusión social?
No es una simple herramienta, el deporte inclusivo se ha convertido en una herramienta poderosa y fundamental para la evolución social, permitiendo a personas con discapacidades, de diferentes edades, géneros y orígenes, participar en actividades deportivas y recreativas en igualdad de condiciones. El deporte inclusivo no solo mejora la salud y el bienestar físico de los participantes, sino que también fomenta la inclusión social, la igualdad y el respeto a la diversidad. A través del deporte, se pueden superar barreras y prejuicios, y construir una sociedad más justa e igualitaria para todos. Es importante seguir trabajando en la promoción y el desarrollo del deporte inclusivo, para que más personas tengan acceso a los beneficios que ofrece y para que la inclusión sea una realidad en todos los ámbitos de la sociedad.
En este caso Begoña descubrió su pasión por el deporte en un centro de alto rendimiento. Después de entrenar durante una hora a la semana, decidió aumentar su dedicación después de participar en su primer campeonato de esgrima adaptada. La esgrima le ha ayudado a sentirse como una deportista de élite y a disfrutar de pequeños momentos en su día a día. Su motivación actual es seguir entrenando y mejorar sus resultados en las competiciones nacionales e internacionales para clasificarse para los Juegos Olímpicos de París 2024. Cuando termine su carrera como competidora, quiere seguir siendo entrenadora de atletismo.
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