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Manifiesto del 8M del Consejo de Igualdad del Ayuntamiento de Segovia

SegoviaDirecto.com | 225 Miércoles, 08 de Marzo de 2023 Tiempo de lectura:

Hoy, 8 de marzo, es el Día Internacional de la Mujer, una fecha que nos recuerda la lucha de las mujeres por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. En este día, homenajeamos a todas las mujeres que han luchado por nuestros derechos a lo largo de la historia y debemos seguir reivindicando la importancia de seguir trabajando por conseguir la igualdad real y efectiva.

 

El lema que hemos elegido este año en el Consejo Sectorial de Igualdad es:

 

SORORIDAD. TODAS UNIDAS SOMOS MÁS FUERTES.

 

Y ¿qué es la sororidad? Os preguntareis muchos de vosotros y de vosotras.

Pues bien, la sororidad es un término derivado de “sor” que significa hermana.

La escritora, profesora y activista feminista estadounidense Kate Millet hace referencia al término como “sisterhood” entendido como hermandad entre mujeres.

Pero a lo que realmente nos referimos es a una propuesta política y social, una alianza entre mujeres por cuestiones de género.

 

¿Y para qué nos vamos a aliar entre nosotras?

Por la sencilla razón de que durante años el patriarcado se ha beneficiado de la enemistad entre mujeres, haciéndonos creer en la famosa frase que “el mayor enemigo de una mujer es otra mujer”. Y justo esta propuesta va en contra de todas las narrativas que se dan desde el patriarcado que buscan poner a competir a las mujeres en todos los aspectos de la vida.

La cultura patriarcal de la que procedemos nos ha enseñado que, si queremos triunfar en el trabajo, si queremos llegar a lo más alto en nuestra vida, debemos comportarnos como algunos hombres, para conseguir hacernos respetar. Pero esta teoría, completamente errónea, pero a la vez tan difundida, lo único que hace es separarnos y dividirnos en una sociedad que no nos reconoce en igualdad de condiciones que los hombres. Por eso debemos unirnos hoy más que nunca para ser más fuertes.

 

¿Y cómo podemos ser sororas?

  • Empecemos por nosotras mismas, dejando de ver como competencia a las demás mujeres apoyándonos las unas a las otras en la lucha contra estas opresiones, construyendo alianzas entre mujeres de diversas culturas y condición social, sin ocultar las diferencias, en busca de acuerdos sobre cuestiones puntuales que afectan a todas las mujeres.
  • Aplicando la empatía cuando otra mujer lo está pasando mal.
  • No justificando los abusos o la violencia contra otra mujer. Asumiendo como propias las experiencias de opresión de otras mujeres, aunque no hayan sido vividas en los mismos términos ni formen parte de la propia historia (como las vivencias de las mujeres en algunos países islámicos).
  • No hablando mal de otras mujeres ni permitiendo que los demás lo hagan.
  • No juzgando mi apariencia ni la de las demás.
  • Apoyar y apoyarse en otras mujeres y compartir experiencias, para construir confianza y generar referencias simbólicas entre nosotras. Esta idea vincula la solidaridad con la confianza.
  •  

Entonces, ¿debemos ser amigas de todas las mujeres? Pues no, la sororidad no consiste en que todas tengamos que ser amigas de todas, sino que se trata de un pacto político y social de mutuo acuerdo.

Debemos entender la sororidad como vínculo de solidaridad entre mujeres especialmente de cara a las discriminaciones y violencias provenientes de una cultura patriarcal. Sororidad entendida como la unión entre mujeres basada en sentimientos afines y en una experiencia compartida de la condición femenina. De ahí fomentar entre nosotras vínculos de confianza, complicidad y apoyo recíproco.

 

Afiancemos la idea de que solamente unidas podemos ejercer una acción social y política lo suficientemente poderosa como para cambiar la estructura social. Porque sin un vínculo entre mujeres, la lucha por la igualdad entre los sexos estaría siempre debilitada y fragmentada. Debemos consolidar esta solidaridad entre nosotras entendida como un apoyo mutuo, basado en la conciencia del lugar que la mujer tiene en la sociedad, y con un objetivo común: lograr el empoderamiento de cada una de nosotras.

 

La igualdad real y efectiva sólo se logrará cuando trabajemos juntas y nos apoyemos firmemente. La sororidad como una herramienta poderosa para alcanzar ese objetivo, el de construir alianzas entre mujeres basadas en el respeto, la empatía y la solidaridad.

 

Pero la sororidad no es solo una idea bonita, es una necesidad urgente en un mundo en el que las mujeres aún se enfrentan a la discriminación, la violencia y la desigualdad de oportunidades en todos los ámbitos de la vida. Debemos unir nuestras voces y fuerzas para exigir cambios estructurales que nos permitan vivir en una sociedad más justa y equitativa para todas las personas, independientemente de su género.

No todos somos iguales, pero todos merecemos los mismos derechos y oportunidades. La sororidad nos invita a escuchar y aprender de las voces de las mujeres que han sido históricamente marginadas y silenciadas, como las mujeres racializadas, las mujeres con discapacidad, las mujeres LGTBI, o las mujeres migrantes.

 

La sororidad también implica un compromiso activo con la lucha contra la violencia de género. No podemos permitir que las agresiones y los feminicidios sigan siendo una realidad cotidiana en nuestra sociedad. Debemos estar siempre alerta y dispuestas a denunciar cualquier forma de violencia machista y apoyar a las mujeres que la sufren.

Y, por último, la sororidad nos invita a construir nuevas formas de relación entre mujeres y hombres, basadas en el respeto mutuo y la igualdad de oportunidades. No podemos seguir aceptando que la brecha salarial, el acoso sexual y la discriminación laboral sean parte de la vida profesional de las mujeres. Se necesitan cambios profundos en nuestras políticas económicas y sociales para que todas las personas puedan desarrollar su potencial sin obstáculos basados en su género.

 

En definitiva, la sororidad es una herramienta poderosa para la construcción de un mundo más justo y equitativo para todas las personas. Debemos cultivarla, alimentarla y ponerla en práctica en todas las esferas de nuestra vida para que podamos alcanzar la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres.

 

SORORIDAD.

Porque en la lucha por nuestros derechos

¡TODAS UNIDAS SOMOS MÁS FUERTES!

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