DE PERSONAS Y COSAS

UNA DERROTA: La que están sufriendo la dignidad de esta ciudad, la paciencia de los vecinos afectados y la honrilla de El adosado (que todo hay que decirlo) ante la imposición de esa megafonía exterior del Alcázar que repite machaconamente en tres idiomas la prohibición del acceso al monumento de mascotas, bicis y patinetes. Y todo ello por la casi invisibilidad del cartel exterior que lo prohíbe, unida a la inacción del equipo de gobierno municipal que no nos protege al calificar tan errónea como deliberadamente de  instalación militar lo que es simplemente una propiedad militar. ¡Felones!

DOS VARAS: Las de medir barrios. Una para medir por ejemplo al de Santa Eulalia al que permite en José Zorrilla eludir carriles bici, elegir sentido del tráfico (con derecho a cambiar de opinión) e incluso que le retiren uno de esos engendros asqueroso llamado pipican  ¡que tiene hortera hasta el nombre!

Con la otra se le miden las costillas al casco antiguo, se ignoran sus propuestas vecinales, se les acogota en aras de un conservacionismo ignorante y se les mantiene otro repulsivo pipican ante el que pasa y olfatea el 90% de nuestros visitantes.

DOS TIPOS: De alcaldes. Los antiguos aunque algunos no tanto como fueron  López Arranz y Perteguer. Discretos y aspirando simplemente a que la ciudad funcionase y a no dejar impronta en forma de tajmahales,tan pretenciosos como ruinosos, ni pufos de indemnizaciones millonarias pendientes

Y los de ahora, todo el día pendientes de salir en los medios, “aunque sea para bien”, y de hacerse la foto ante cualquier chorrada, socavón, arbolito nuevo, reparto de sopas o recepción al turista chino 78.512º

UNOS SEGOVIANOS: Hoy de Honor. Esos fotógrafos nuestros, posiblemente  aficionados, pero de gran calidad y sentido de la oportunidad, que pacientemente envían sus imágenes de esta ciudad a los espacios meteorológicos de las cadenas de TV y contribuyen a ponernos en el mapa  con un coste cero y a recordarnos a los que vivimos aquí la suerte que tenemos, pese a los tocacojones del apartado anterior que solo viven para complicarnos la vida.

UN PINSAPO: El de la imagen. Probable coetáneo de otro fallecido recientemente en los antiguos jardines del Alcázar, por cierto hoy convertidos en cursi y versallesco remedo. El que ven vive tan feliz en el monasterio del Parral pese a su base rodeada de un suelo enlosado. El del Alcázar dicen que murió de una enfermedad y es verdad, se la conoce como el  Síndrome de las Cuatro Erres ( aRRancamiento de Raices por Retroexcavadora). Manda güebos.

Y NOS VAMOS DE VACACIONES  ¡¡FELIZ VERANO!!