DE PERSONAS Y COSAS

UNAS ACLARACIONES:

Para el candidato y actual presidente Sr. Mañueco: lo que hizo usted con sus socios de Ciudadanos y con la población de esta autonomía en plena pandemia y exclusivamente por ventajismo electoral, fue una felonía para los primeros y una irresponsabilidad y total falta de respeto hacia el resto. Culpar de nuestros problemas castellano-leoneses a los tres años del manipulador Sánchez en la Moncloa, cuando su partido lleva mas de TREINTA años en el poder en nuestra comunidad durante los que ha convivido con diferentes gobiernos del PP y PSOE al frente del Estado, es directamente insultante.

UN RESULTADO: El del Benidorm Fest en el que se elegía la representación española para Eurovisión. Denostado por muchos ciudadanos y comunicadores, especialmente de los simpatizantes de ciertas ideologías, lo cierto para nosotros es que el de la ganadora fue el espectáculo mas moderno y mas currado, con independencia de que sea precisamente eso lo que posiblemente no le haga destacar a la hora de las bizarras votaciones europeas. Pero de las otras dos finalistas solo podemos decir que unas con sus voces y atuendos parecían representar directamente a las kabilas del Rif y las otras con sus gestos de enfado y su exhibición de bragas y fajas nos despistaban de lo profundo de su mensaje feminista y de lo indudablemente pegadizo de su canción. Y el sistema de votación era el que era. Y perdonen.

UNA PARADA: 

La de comienzo en Vía Roma de la Ruta M-6 de Linecar. Expuesta a todo tipo de fenómenos atmosféricos que los maltratados viajeros tienen que soportar con estoicismo del también romano Séneca. Por no tener no tiene siquiera ni un indicativo de lo que es. Seguramente el propio filosofo tendría algo que decir de esta Mandamasa nuestra que se obstina en una nueva estación que nadie necesita mientras no encuentra dinero para levantar un mínimo resguardo para los usuarios del transporte público en varios puntos de la ciudad.

UNA OPINION: Escribe Natalia Velilla Antolín, magistrada, en su artículo “Delitos por encima de nuestras posibilidades”(El País) que intentaremos resumir:  “La temperatura de la democracia de un país se mide precisamente en el respeto al ejercicio real de la libertad de opinión y de expresión, pero se observa una tendencia hacia una pérdida constante de libertad de expresión derivada de la confusión generalizada entre lo que supone su ejercicio y la necesidad de que lo manifestado sea de nuestro agrado. 

       Simplemente, sucede que en España no es delito tener mal gusto, decir estupideces, ser soez, machista o tener poca gracia. No existe el carnet de “ciudadano ejemplar” que se otorgue a quienes digan siempre lo adecuado, sean moderadamente graciosos sin ofender, digan cosas sensatas y no molesten. En un país como el nuestro, existe el derecho a ser un auténtico cretino sin que por ello venga el Estado a reprimir tu estulticia. Si empezamos a confundir derecho con moral, retrocederemos unos cuantos siglos de historia del derecho y, lo que es aún peor, haremos depender la libertad de expresión del color del Gobierno que nos dirija en cada momento.      Por otra parte, que algo no sea delito no significa que no pueda tener otras consecuencias legales: si alguien se siente ofendido por una expresión injuriosa, calumniosa o contraria a su dignidad, puede hacerlo valer en la vía civil. No todo es derecho penal.

Tenemos delitos de odio por encima de nuestras posibilidades. Este tipo de conductas fueron introducidas en nuestro ordenamiento jurídico para proteger a las minorías vulnerables de ataques contra sus miembros por su pertenencia a dichas minorías, no para calificar de odio cualquier expresión ofensiva, ni siquiera si va dirigida contra una persona vulnerable. Para ser delito de odio debe existir una verdadera incitación al odio o a la violencia, tal y como apunta una reciente sentencia de la Audiencia de Madrid. Pero es que tampoco pueden considerarse delito de odio las expresiones contra colectivos que no son vulnerables, como los toreros, los policías o las enfermeras.”