Si hay algo que hace de Segovia una ciudad encantadora es el cielo. Claro que el álcazar, el acueducto, la catedral y toda la riqueza patrimonial de esta ciudad son los verdaderos artífices de la belleza de Segovia, pero el cielo, nuestro cielo segoviano es el complemento perfecto para que la belleza sea incomparable. Hoy mismo, con 5 grados en el termómetro luce un sol espléndido y la luz reflejada en las cumbres de la Mujer Muerta hacen necesarias unas buenas gafas de sol. Pero…ups! ¿qué es eso? ¿un pájaro? ¿un avión? Cuidado!! Viene hacia nosotros!!! Es una paracaidista!!! Con su lona verde manzana bien parecía un ave exótica, pero de exótica no tiene nada, desde el principio de los tiempos democráticos en España proliferan en Segovia en época de elecciones estos individuos. Como las cigüeñas por San Blas.
En este caso Individua. Se llama Susana Suarez y es de Valencia, aunque afincada en Valladolid, que ahora con la autovía, la circunvalación y el AVE está a tiro de piedra de Madrid y es el paso natural de la capital de Castilla y León a la capital, capital. Quizá en sus idas y venidas pueda conocer in situ, cómo van las obras del segundo hospital, el centro de salud de Nueva Segovia o los institutos de San Lorenzo. Y de paso se entera de los nombres de los barrios de la ciudad y los incorporados, esos que son obra y gracia de otro individuo aterrizado en Segovia y con el que comparte apellido.
Como les decía la historia y la hemeroteca son testigos de la buena tierra que es ésta para los paracaidistas. Los ha habido de todo tipo y de todos los colores. Venidos de provincias cercanas o tierras lejanas. Algunos se erigieron como Ilustres pseudosegovianos y dieron la cara por esta tierra y sus vecinos, como el mentado Adolfo Suárez nada más empezar la democracia, o la irreductible Loyola de Palacio. Sin embargo son los menos, quizá porque el contexto político es otro y el paracaidismo se hace como medio de vida y no por deporte. En este caso tenemos a los últimos ejemplares aterrizados al albur del acueducto, señores a los que hemos y seguimos pagando el sueldo y por aquí ni están ni se les espera. Qué decir del señor Pedro Gómez de la Serna, diputado por Segovia en las elecciones de 2011 que repitió para las elecciones de 2015 como número dos en la lista del Partido Popular por Segovia. Imputado en medio de la campaña electoral, pese a las presiones del partido para que Gómez de la Serna renunciara como candidato, este se mantuvo como tal y terminó resultando elegido el 20 de diciembre. Si es que también tenemos lo que merecemos… y seguimos. Y así nos pierden el miedo o el respeto a los ciudadanos, y para las siguientes nos trajeron desde Vitoria al mediático Javier Maroto que no se si ha hecho mucho por Segovia, pero para lo que sale en la tele, bien podría hacer de embajador y llevar un cochinillo a los platós tipo Revilla con las anchoas.
Y ahora, los recién llegados de VOX se lo han aprendido, y viendo el viento y las corrientes a favor nos traen otra paraca. Como los viejos partidos, los nuevos han aprendido rápido.
Me consta que esto no ha gustado ni a los propios del partido. Alguno hay cabreado por las imposiciones del partido, pero vaya, que les va a servir de poco porque no hay tu tía y más te vale que le facilites la vida y le hagas de anfitrión segoviano, que quien te dice a ti que su idilio con Segovia no prospera, y acaba organizando barbacoas en su chalecito de la sierra. Mira, como Fernandez de la Vega otra precursora del deporte aéreo que por ser de lona roja se hizo su chaletito en zona ídem.
Total, que da igual del color que sean.
Si es que tenemos de todo. O no. Porque si nos los tienen que traer de fuera, será que no.
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