El que la hace, aquí no la paga.

Es de naturaleza humana, y legítimo, esperar el reconocimiento de los demás. Todos necesitamos una palmadita en la espalda, un aplauso, un aguinaldo o un reparto de beneficios que reconozca nuestras bondades, y que estos últimos reconocimientos, los reconocimientos pecuniarios, son de los que más y mejor alimentan el ego no me lo van a negar.  Sin embargo, los políticos son más de salir en la foto. Son más de alimentar su ego por el número de fotos, páginas y placas recibidas. Será bien porque de emolumentos van servidos o bien porque como empezamos a sospechar, escasean políticos de naturaleza humana.

Si como decía es algo legítimo, a veces reclamarlo y lo que es peor, autoproclamarlo con demasiada frecuencia suele ser cansino. Salir muchas veces en la foto, ser la novia en todas las bodas y el muerto en los entierros cansa y no suele estar ni justificado. Aún recuerdo chistes acerca de esto protagonizados por Atilano Soto, que amasaba tantos cargos en los años dorados de Caja Segovia que raro el día que no salía en la foto descubriendo placa o cortando cinta.

Ahora con las elecciones de Castilla y León vamos otra vez a estar serviditos de autobombo. Y entendemos que lo que se hace por el bien común hay que venderlo, salir en la foto, descubrir lustrosas placas que “mireusté” lo que lucen, pero por favor, que las placas, las fotos y las primeras piedras sean de verdad, de las que brillen después de muchos años. Y con esto me refiero al segundo hospital de Segovia. A la vista de las actuaciones, esperemos que no vengan a hacerse la foto de la primera piedra, porque a tenor de lo oído últimamente bien podría parecer ser la última.

La foto que se iba a hacer la ampliación del hospital ya se la hizo Mañueco hace unos meses. Bombo y platillo acompañaron al presidente en su anuncio de incluirlo como prioritario en los presupuestos. Esto parecía indicar que la cosa iba a ser de una celeridad inusual, pero nos equivocamos, ya que según ha anunciado su equipo los terrenos para esta infraestructura se conseguirán por la vía de la expropiación.

Esta película en Segovia ya la he visto. Entonces, el prota era Arahuetes. ¡Qué buen álbum quedó de su época de regidor en Segovia! la pena, es que la foto de la ficha policial no les encaje en el álbum a éste ni a ningún de nuestros políticos. Que ni Arahuetes entonces, ni Mañueco ahora, tengan responsabilidades penales por actos de soberbia y mala gestión como el que intuyo se repetirá en breve, es algo que nos llevan los demonios y desde luego algo que no pasa en otro sector que no sea el público, ni en otro país que no se España. Así cualquiera. Bíen se dispara con pólvora ajena. Esto no pasa en ninguna empresa privada o por lo menos, no pasa dos veces y por supuesto en todo caso se aplica el famoso “el que la hace la paga”.

De una forma u otra. Cómo mínimo si te columpias te vas a la calle, pero es posible que también tu bolsillo y tu dignidad tengan que rendir cuentas y hasta puedas tener foto de ficha y antecedentes penales. Y es lo normal, lo que asumimos para todos los demás mortales salvo para los políticos, de ahí lo que les decía al inicio de que es posible que carezcan de naturaleza humana.

La junta ha declinado llegar a un acuerdo con la propiedad, ha decidido expropiar, y ésto de inmediato supone el autobombo y foto para el álbum de campaña de Mañueco, pero de momento es todo, porque con el procedimiento elegido pasarán no menos de diez años para la lustrosa placa de inauguración. Como pasó con Arahuetes, esto pinta a que expropiamos, nos hacemos la foto y nos damos el piro…el que venga detrás que arree y que pague sentencias millonarias más los intereses de intereses de todos los años de farragosos procedimientos. De esto sabe un poco nuestra actual alcaldesa, la Sra. Luquero: recibió una herencia de millones de euros de su mentado predecesor fruto de una expropiación en la calle San Gabriel y en su caso ni una triste placa ni foto. Todos sus esfuerzos, según sus propias palabras, es dejar mejor herencia que la recibida, una deuda que como es habitual hemos pagado los ciudadanos y no el bolsillo ni la responsabilidad penal de Arahuetes.

Y ahora, otra vez la misma película, que lo que hoy podría hacerse por tres, lo vamos a hacer por quince, y nos referimos tanto a millones de euros como a años sin hospital, pero como en este caso quien la hace no la paga, así nos pinta. Lo pagamos a escote que así nada es caro.

Siguiendo con el hilo del editorial anterior y puesto que el tema se refiere en parte a lo mismo: la ineficacia política, se me ha venido a la cabeza la palabra que recoge en castellano la lluvia que aunque mínima es persistente: calabobos. Ahí lo dejo. Por lo visto aquí sigue lloviendo aunque los índices del pantano del Pontón no lo atestiguan.