Un acto de graduación para la historia en el Claret

Con un año de retraso, la promoción del 2019 / 2020, del Colegio Claret, celebró su Acto de Graduación, algo que nunca antes se había producido cuya causante fue la pandemia.

       Para estos chicos y chicas, que nacieron, en su mayoría, en el año 2002, y que ya ocupan plaza, en muchos casos, en universidades españolas, era obligado, y de justicia, que también pudieran cerrar el círculo de su etapa en el Claret y, desde el primer momento, buscaron todas las opciones posibles y, aunque hubo que posponer en varias ocasiones su acto de graduación, no cejaron en su empeño, no en vano se les ha denominado la Generación de la Resiliencia. Esta semana lo consiguieron.

       Aquellos alumnos que un 13 de marzo del 2020 abandonaban sus clases, pensando en un paréntesis que no iría más allá de unos días, nunca imaginaron que ya no volverían a pisar los pasillos, ni las aulas en las que habían pasado tantos años y que era su zona de confort. A partir de ahí, su vida giró 180 grados y hubieron de adaptarse a las clases online, y  a la aplicación Teams y, todo eso, con la mirada puesta en una EBAU más incierta que nunca pero que superaron de forma exitosa.

       Toda esa situación provocó que la primera promoción covid, llamada a ser la más tecnológica y la más ecológica, hasta entonces, tuviera que terminar el curso confinados en sus casas, según recordaba el director del centro, Juan José Raya.

       Antes de la imposición de becas, se produjeron las intervenciones, en nombre de los profesores, de Inmaculada Sancho, y de los padres y madres, a cargo de Esther Santiuste, que recordó como ”parecían niños de anuncio en su primer día de colegio” y que, ahora, ya han podido comprobar cómo era la salida hacia lo desconocido y lo que tiene la vida de aventura, en la que ellos son los protagonistas.

       Será esta una promoción recordada, además, por su especial implicación y vinculación al Colegio Claret como quedó demostrado, primero, en la asistencia, de la práctica totalidad de sus miembros presentes en el acto -procedentes de distintos puntos de la geografía española- y, después, por las numerosas citas de agradecimiento que recogieron las intervenciones de los alumnos en referencia al centro y a sus profesores: “En pocos colegios, los alumnos, se sienten como en casa,.. siempre en busca del día y su horizonte”.

       En cualquier caso, han vuelto a conseguir lo que se propusieron, lección de vida para un grupo de jóvenes segovianos que educaron la mirada en este Colegio del que hoy se sienten orgullosos y que mostrarán su sonrisa, incluso cuando esté oculta bajo la mascarilla, sabedores de que pueden, con ello, hacer un mundo mejor. Sabrán, también, que lavarse las manos no será más que el preludio de ponerse a trabajar por ser más solidarios, como se les recordó en este acto, y que, a quién les pregunte, ellos sabrán responder: “yo soy Claret y ha merecido la pena”