Las cifras aportadas por el Ministerio de Sanidad en la segunda ola reflejaron que los contagios en las reuniones familiares y sociales subieron hasta el 15,5% mientras que los contagios en la hostelería (entre clientes y trabajadores) fueron el 2,9%, alcanzando el 12,6% la diferencia entre los contagios producidos en bares y restaurantes y los que se producen en los entornos familiares. Si sólo se tienen en cuenta los contagios de los clientes, estos se reducen al 1,9% y la diferencia aumenta hasta el 13,6%.
Los datos anteriores vienen a demostrar que la hostelería no es foco de contagio principal y, por lo tanto, las medidas restrictivas que se están imponiendo sobre el sector NO tienen una justificación avalada científicamente.
En este punto nos gustaría conocer qué datos maneja la Consejera de Sanidad, el Vicepresidente Igea o el Presidente Mañueco (Muñeco para un amigo mío, títere en manos de su vicepresidente) para mantener el castigo sobre éste sector. Queremos saber, al igual que el propio sector, cuáles son los criterios para aplicar medidas tan restrictivas sobre el mismo.
No hay que olvidar lo que supone el sector para Castilla y León. No sólo en sí mismo, dentro del sector servicios sino como motor casi fundamental del sector primario, del sector industrial y en buena medida del sector inmobiliario.
Las cifras no suelen mentir, al contrario que los políticos:
En 2018 la hostelería aportó al PIB de Castilla y León, aproximadamente, 5.200 millones de euros, lo que supuso el 9,14% del PIB regional.
A su vez, de los 1,023M puestos de trabajo que había ese año en la comunidad, la hostelería aportó 68.370 empleos directos, lo que supuso el 6,68% del total de los puestos de trabajo de nuestra comunidad. Más difícil es cuantificar los puestos de trabajo de otros sectores imbricados que dependen indirectamente de la hostelería. Pero son muchos. Me atrevería a decir que muchísimos.
En el País Vasco la justicia ha dictaminado en contra del cierre del sector y se abre la posibilidad de presentar Reclamaciones Patrimoniales contra el Estado por los daños y perjuicios causados.
El Tribunal Supremo ha decidido suspender, dentro de las medidas cautelares solicitadas por el gobierno de la nación, el toque de queda, a partir de las 20:00 horas, impuesto por el gobierno autonómico el pasado 16 de enero.
La suspensión de ese adelanto del toque de queda suponía una rendija de aire fresco, mínima, para un cada vez más castigado sector.
La forma de acatar la decisión de los tribunales por parte del gobierno autonómico ha sido la publicación en el BOCYL del Acuerdo 17/2021 de la Consejería de Economía y Hacienda (ni el Presidente ni la Consejería de Sanidad) por el que se adopta la medida sanitaria preventiva de carácter excepcional de limitación horaria de establecimientos, actividades y servicios, estableciendo, en todo el territorio de Castilla y León, como horario de cierre las 20:00 horas, con la excepción de aquellos, que por su naturaleza esencial, requieren mantener su horario de apertura. La duración de esta medida se extenderá hasta el 23 de febrero de 2021. Lamentablemente, creemos que esta situación se ha convertido, y perdonen por la expresión, en una competición por “ver quien la tiene más larga…” entre el gobierno de nuestra comunidad y el gobierno central.
Una vez más, los que sufriremos esta absurda situación seremos los ciudadanos de a pie, a quienes nos han privado, ya no de libertades, sino de derechos tan fundamentales como son el de trabajar y vivir con un mínimo de dignidad.
Si uno lee las excepciones al cumplimiento de ese horario llega a la conclusión que, dado que el comercio tradicional tiene como horario de cierre las 20:00,
esta medida está dirigida, única y exclusivamente, contra el sector hostelero.
¿Por qué? Eso me gustaría saber a mí y a todo el sector.
Mi convencimiento es que, primero, llevan un año como pollos sin cabeza, dando palos de ciego y sin resultados efectivos; segundo, alguien tiene que pagar el pato y que parezca que nuestros políticos están haciendo algo; tercero, saben que la mayor parte de los contagios se producen en el entorno social y familiar (dentro de las casas y en los actos sociales tipo botellón y otras fiestas) pero como eso, salvo que el gobierno autorice un nuevo confinamiento domiciliario, se ven incapaces de controlarlo, pues volvemos al punto anterior, que parezca que hacen algo con este tipo de medidas. Son medidas que parecen contundentes de cara al electorado y a la opinión pública. Parecen contundentes pero, al final, parecen poco efectivas, lógicamente. Y como muestra un botón: la Comunidad de Madrid. Ha mantenido abierta la hostelería y sus cifras de contagios bajan a la par que el resto o mejor.
Pero aquí tenemos un gobierno dirigido de hecho por Ciudadanos (Igea y Casado) con el consentimiento del PP (Mañueco dejando que hagan). Pero no nos olvidemos que el último responsable es y será siempre el presidente Mañueco.
Posiblemente nuestros hosteleros, hartos de aguantar y aguantar que se les culpabilice de la inoperancia de los políticos de turno, tomen ejemplo de sus colegas vascos e inicien las acciones de reclamación de daños y perjuicios ocasionados por las decisiones irracionales de nuestro gobierno autonómico. La pena es que quienes han adoptado ese tipo de decisiones no responderán con sus bienes sino con los nuestros una vez más. Si no a más de uno se le quitaría la soberbia y la prepotencia de un plumazo.
Cosme Aranguren Gallego
Responsable de Acción institucional del grupo Centrados
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.188