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OpiniónEl traje nuevo del emperador

El traje nuevo del emperador

Plataforma en Defensa del Hospital Policlínico | 1853 Miércoles, 18 de Noviembre de 2020 Tiempo de lectura:

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La Plataforma en Defensa del Hospital Policlínico sigue luchando incansablemente para que la reapertura de ese hospital sea un hecho, ya que cada vez se hace más evidente la necesidad de que se tomen decisiones políticas para dar ese paso, porque desgraciadamente la situación del Covid 19 se va complicando sin que en Segovia se haya tomado ninguna medida que realmente sirva para solucionar el problema de una manera eficaz.

 

Eso no quita para que, como de costumbre, sigamos insistiendo en que la necesidad de volver a poner en marcha ese hospital no se debe exclusivamente a la circunstancia puntual de esta pandemia, sino también a la exigencia de equilibrar nuestra sanidad con la del resto de la Comunidad.

 

No dudamos de que nuestros representantes en los diferentes organismos e instituciones estén trabajando para sacar adelante los desafíos sanitarios y económicos que nos está planteando esta pandemia, pero lo cierto es que no se puede decir que estén consiguiendo poner en marcha una solución definitiva al problema sanitario, probablemente por la sencilla razón de que son incapaces de trabajar por un objetivo común, sin mezclar intereses y mandatos de partido.

 

Sí que se han puesto en marcha esos pequeños proyectos referentes a los puestos en urgencias y las UCIS, aunque sin llegar siquiera al número preceptivo según las exigencias que marcaban las normas gubernamentales durante la desescalada de la primera ola. Pero es que ahí nos hemos estancado.


Nos llegan noticias de las dificultades que están teniendo nuestras autoridades para poner en marcha lo que se ha dado en llamar un Centro Covid, es decir, un espacio donde se pueda hacer el triaje o pruebas indispensables para conocer la situación de posibles infectados sin poner en riesgo a otros usuarios de la sanidad; pero el hecho de que hayan tenido que alquilar espacios en un hotel de la capital para tal cometido, así como para prestar asistencia a personas contagiadas que necesitan reclusión, da idea de la precariedad de la sanidad en Segovia.

 

Es comprensible que en la primera etapa de la pandemia se tuvieran que adoptar medidas de emergencia de ese tipo, pero resulta difícil de asumir que, después de más de medio año con este problema encima, y cuando todos sabíamos que en el otoño nos esperaba una segunda ola, se sigan improvisando soluciones.


Después de los tanteos en los edificios del INSS, en la antigua Escuela de Magisterio, en el CAT y quizá en algún otro, que se han ido descartando sistemáticamente por improcedentes, la última propuesta se centra en una nave abandonada en el polígono industrial de El Cerro, algo que ya podría rayar en lo absurdo, tanto por los interrogantes urbanísticos para convertir en usos sanitarios los que han venido siendo industriales, como por la necesidad de adecuar y dignificar el propio espacio para la atención a personas. ¿Un polígono industrial? ¿En serio es mejor un polígono industrial que reabrir un Hospital plenamente funcional en el centro de la ciudad? Parece de chiste, si no fuera un tema tan serio.


Pero es que el problema está aquí y urge abordarlo, por lo que las decisiones deben de ser inmediatas. Que el incremento de la mortalidad en Segovia con respecto de la del año pasado durante el primer semestre haya sido el mayor de toda España, según las estadísticas y análisis definitivos a nivel europeo sobre la primera etapa (con el peor pico de mortalidad de toda Europa, sólo superado por Bérgamo!), debería llenar de vergüenza a los responsables de que nuestra sanidad sea casi tercermundista; y que la falta de un segundo hospital haya sido la causa evidente del cataclismo es algo ya innegable.

 

Porque a lo largo de las semanas tremendas de fallecimientos, la situación de Segovia se ocultó en todo momento, facilitando siempre cifras de la media de Castilla y León, que ocultaban la triste realidad de Segovia y evitaban tener que dar explicaciones a todo el país. Incluso ahora que se han hecho públicos los informes de Eurostat, nuestras autoridades siguen sin poner esas cifras encima de la mesa para exigir inversión y soluciones.

 

Ciertamente, y por suerte, ahora parecemos tener una situación más favorable, quizá debida a una alta inmunización por los numerosos contagios que tuvimos en su momento, y también a que un alto porcentaje de la población de riesgo desgraciadamente falleció ya en la primera ola.

 

Pero seguimos teniendo interrogantes, puesto que los datos, mejores o peores, pueden deberse sencillamente a la cantidad de pruebas que se hagan o se dejen de hacer: a menos pruebas menos datos objetivos, y el hecho de que por ejemplo seamos la provincia de Castilla y León con menos rastreadores, y que no veamos que se estén haciendo test masivos a la población, ya indica algo.

 

Por otra parte, la falta de dotaciones sanitarias sigue siendo el meollo de la cuestión. No se pueden admitir declaraciones -un tanto triunfalistas- de nuestro Gerente de Área diciendo que “Segovia está mejor que otras zonas de alrededor”, para a continuación admitir que “tenemos algunas deficiencias en infraestructuras”. Pues no, algunas deficiencias no, muchas deficiencias.

 

Porque el que tengamos un 38% menos de camas que la media de la Comunidad, con sus consiguientes profesionales atendiéndolas, es algo muy importante y con consecuencias graves como las que ya hemos sufrido. Por fin han tenido que reconocer que en Segovia faltan alrededor de 150 camas para llegar a la ratio de la Comunidad, algo que esta Plataforma lleva lustros denunciando.

 

Y tenemos que poner un nuevo interrogante encima de la mesa, porque en la Plataforma hemos contado siempre con que el Hospital General contaba con un total de 375 camas, según consta en los datos estadísticos de la Junta; sin embargo, en todos los comunicados que se hacen últimamente se habla de un total de 325 camas en uso, lo que nos hace preguntarnos por las 50 camas que faltarían en ese recuento, lo que, de confirmarse, agravaría todavía más el porcentaje del déficit de camas por habitante que sufre nuestra provincia.

 

Hay otro dato que no podemos pasar por alto. En el momento álgido de la pandemia, la Consejería de Sanidad anunció que iba a poner en marcha la recuperación de 185 camas en el antiguo hospital Río Hortega en el barrio de La Rondilla de Valladolid (equivalente a nuestro Policlínico); y ahora que ese proyecto ya es un hecho, dice que esas camas son tanto para Valladolid como para las provincias que lo necesiten.

 

¿Especialmente para Segovia, cabría decir? Porque la realidad es que las otras provincias tienen una dotación suficiente, y únicamente tendrían que hacer uso de esas camas en casos verdaderamente extraordinarios, pero no es el caso de nuestra provincia, en el que ya partimos de una situación desfavorable y nos consta de hecho que en este nuevo brote ya se han derivado pacientes a Valladolid. ¿Es esa una de las causas de que estemos mejor que otras zonas de alrededor, como nos quieren vender?


Segovia tiene que tener la autonomía sanitaria que tienen el resto de provincias de la Comunidad; no podemos admitir una dependencia que nos obliga a enviar a nuestros enfermos a otra ciudad, y que hace aún más dura la enfermedad, apartados de nuestra familia y entorno, algo que ha sido uno de los condicionantes más inaceptables y dolorosos en esta pandemia.

 

Lo realmente surrealista en todo esto es que tenemos un hospital magnífico cerrado, con todas las bendiciones urbanísticas y de propiedad, pendiente únicamente de que se empiece a trabajar en él. Curiosamente nuestros representantes políticos y sociales han entrado en una parálisis colectiva que les mantiene en una especie de contemplación del traje nuevo del emperador, y que les impide reconocer la evidencia. Porque sería el colmo en que al final se trate de algún interés inconfesable, como que se esté reservando el edificio para instalar en él, por ejemplo, un estupendo centro de sanidad privada, cuando la pública lo haya descartado por “inservible”. No lo queremos pensar.

 

En conclusión, esta Plataforma pide a nuestros representantes que dejen de estrujarse la mollera, y de colocar pequeños parches aquí y allí. Simplemente es preciso que miren todos en una misma dirección, que es el Hospital Policlínico, la solución más rápida y lógica para los problemas sanitarios de nuestra provincia. Parece mentira que con la que está cayendo no sean capaces de ver la necesidad de REABRIR EL HOSPITAL, y que prefieran agarrarse a hoteles y naves industriales. Luego dirán que la culpa no ha sido suya.

 

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