Yo apenas duermo
y tampoco me pongo enfermo.
Leo, escribo, vivo, siento,
canto, lucho, me entretengo,
robo las horas para mi contento,
todo lo asumo, todo lo tiento,
la vida es humo que se lleva el viento.
Si un día no despierto,
como dice Benedetti en su Memento,
no me alentéis, es cierto
que pudiera estar muerto
y de olvidos y gusanos me alimento.
Al desaparecer el alma,
no queda otro remedio
que volver a la tierra en que nacemos.
Repasa mis artículos, bebe mis versos…
eternamente restaremos.
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