Funcionarios y teletrabajo

Estamos en el momento cita previa, momento teletrabajo, momento video-consulta y todas estas gaitas que nos ha traído el Covid.

Miércoles, diez de la mañana.

Sabes que estás delante de un edificio de la Administración pública porque ves gente esperando en la puerta. No son piquetes (ya podrían), son ciudadanos a la espera de su turno para despachar con el funcionario que le toque ese día no estar teletrabajando.

Todo es con cita previa.

O vas con cita previa o el único que te atiende es el sufrido guardia de seguridad, que como un clavo todos los días aguanta los chaparrones. Para él no hay teletrabajo. Pero su trabajo no es saber qué papeles necesitas presentar, ni qué procedimiento debes seguir, sólo repetirte una y otra vez que pida usted cita previa.

De modo que allí nos encontramos ocho o diez personas, desconcertadas en muchos casos, porque 'sólo venía a informarme y me voy de vacío'. ¿Un papel o algo? Nada. Pida cita previa.

La cosa es así: pides cita previa para que el funcionario te informe del procedimiento que debes seguir y los papeles que tienes que presentar. (Cuando por fin vas con tu flamante primera cita previa, una semana después, te das cuenta de que todo eso viene resumido en un papel informativo que bien te podrían haber entregado en información el miércoles pasado si no estuvieran teletrabajando todos, pero no, con cita previa, que el guardia bastante hace y ese no es su trabajo).

En el proceso, debes pedir cita previa para solicitar en cada administración el papel de su competencia, y así, cita tras cita, vas de peregrinación por ayuntamiento, junta, agencia tributaria, etc, etc, etc.

Por lo menos, han tenido la brillante idea de dotar a los guardiajurado de una especie de cromos con los números a los que llamar en cada caso, que bien podrían haberlas hecho como estampitas con imágenes de virgencitas y santos con oraciones a los que implorar paciencia.

Una vez lo tengas todo, pides como no, otra nueva cita previa para que el funcionario te valide que está todo correcto, en el mejor de los casos, y por último, eso ya sin cita y sólo por orden de llegada, presentas en el registro toooooodos tus papelitos.

No menos guasa tiene el asunto de las videoconsultas.

Que no vaya usted al médico que ya le llama su doctor para verle y diagnosticarle que se está haciendo todo por teletrabajo.

Es por la seguridad de todos, ya sé, pero cuando pedí cita al ginecólogo di un número falso para evitar la videoconsulta. No les digo más.

Así que todas estas nuevas incorporaciones digitales en aras de la seguridad de ciudadanos, pacientes, pacientes ciudadanos  y profesionales, ya sean médicos o funcionarios, no convencen. Hay un poco de excusa en ese exceso de celo por proteger a los trabajadores.

Un ejemplo: los profesores no teletrabajan y cambian de grupos de alumnos casi cada hora, así que no comparto que las plantillas de las administraciones tengan tanto recorte de  puestos de trabajo presenciales y seamos los ciudadanos los que tengamos que aprender de nuevas tecnologías y peregrinar.

Llega la hora de ampliar horarios y servicios de las administraciones a los ciudadanos y aquí, deben volver los señores funcionarios después del confinamiento a su puesto de trabajo ya que son de los pocos que con la que está cayendo están con su sueldo enterito, sus vacaciones, sus moscosos y su paga extra, si no, auguramos serán piquetes y no ciudadanos los que estemos esperando.