Estamos recuperando joyas de la canción española seguramente para aliviar tan aciagas circunstancias, primero fue el resistiré, y ahora Bares, qué lugares, tan buenos para conversar…así reza la icónica canción de los Gabinete que sin ánimo de hacerlo en estos días se está convirtiendo de nuevo en triste melodía de actualidad.
El tema está calentito y no me refiero a la canción.
El ya recurrente debate economía vs salud, se está saldando con víctimas en ambos frentes sin que ni uno ni otro tengan visos de ganar.
De los datos sanitarios no voy a habar que ya saben ustedes la actualidad al dedillo, amén de que nos la cuenten como quieren o interese, pero las bajas económicas sí que son minuto a minuto y no nos las están contando.
Desde este viernes, todos los bares, restaurantes, posadas, pubs, churrerías, taperías, gastrobares, vermuterías, discotecas, etc, etc, etc están cerrados y hemos pasado a tener muchas más víctimas de este gobierno que de la Covid.
La hostelería ha sido y es ejemplar en la toma de medidas anti Covid a base de sus propios recursos, menguando su capacidad de negocio en aras de la seguridad y de cumplir las normas. Mamparas, expendedores de gel, mobiliario, mascarillas, menaje de un solo uso, vinilos, señalización; en fin, un amplio catálogo de productos en los que gastarse una tela.
Los clientes salvo contadas excepciones, también han sido ejemplares. Espera antes de entrar, desinfección de la mesa y las sillas, aquí te sientas, aquí no, ahora no fumas, ahora hasta las diez, en una mesa no más de seis...
A lo que nos digan, vaya, que bastante papelón tiene el pobre camarero para ponerle más trabas.
El caso es que no hay nada oficial que demuestre que los bares, gimnasios y salas de cine sean focos de contagio, o por lo menos más foco que los vagones de metro, trenes y autobuses, entonces ¿por qué este ensañamiento?
Lo que hace pensar todo esto es que nos toman por gilipollas irresponsables (con perdón); podemos ir a trabajar, ir al colegio, a la fábrica, a pasar la ITV, a la cola del paro, pero no a tomar una caña que ya sabemos lo que pasa, nos ponemos como las grecas y nos pasamos las normas por el arco del triunfo.
Al final en los bares pensamos, y pensamos en alto, y discutimos y creamos teorías y reaccionamos y nos cagamos en la madre que parió al 'coletas', al de lo verde, al de azul y al de morado, y eso es lo que no quieren, ni que pensemos, ni que nos podamos siquiera acordar de ellos y sus santas madres.
A mí que me lo expliquen.
Seguimos dejando morir la economía de esta ciudad, esta vez bajo el paraguas de la pandemia, y lo que es peor: sin plan B.
Señores políticos locales, aquí no tenemos Renault, ni Amazon ni Inditex, aquí tenemos bares, restaurantes y cochinillos para dar y tomar. Aquí su apuesta históricamente ha sido ésta: ser una ciudad de servicios, que vive por y para el turismo, así que busquen alternativas y soluciones para que su tejido empresarial siga funcionando.
Del mismo modo que se inyecta dinero público a grandes empresas para fijar empleo, inyecten dinero y soluciones a la maquinaria de Segovia, salvo que su plan B sea el de atraer unas cuantas empresas al CAT o encandilar a algún Jeff Bezos que quiera una macro nave llena de Segovianos trabajando a turnos de ocho horas.
Entonces sí, entonces sí que podemos cerrar los bares, que fíjese que lío ir a una cadena de producción con resaca, o no dejar dormir a los obreros que salen de ruta a la fábrica a las siete de la mañana. Entonces los bares cerrarían solitos y a su hora sin chistar.
Antonio P. | Martes, 10 de Noviembre de 2020 a las 11:45:40 horas
Totalmente de acuerdo, posiblemente el sector mas importante se Segovia capital, y el ayuntamiento lejos de colaborar poniendo como siempre palos en las ruedas. una verguenza de ayuntamiento una vez mas
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