Hablo con los árboles,
las flores y las fieras,
hablo hasta con las piedras
a su mineral fachenda,
que es el silencio
plantado boca a tierra.
Hablo con las palomas
de la paz mensajeras,
hablo con las montañas,
los valles y las laderas.
Más que con la Lengua,
hablo con el alma entera;
hablo de pie, sentado
y de otras mil maneras,
acomodándome a aquellos
que de mí eso esperan.
Soy positivo y NO
me gusta el NO de los tonteras,
sino el sí de las avispas,
que pican las primeras
y el tonto ni se entera.
Trajinando todo el tiempo,
voy del peral a la higuera,
del manzano al membrillero,
del cerezo al grosellero,
del álamo a la palmera,
del rosal al robledal,
del aliso al saucedal
y del río a la reguera.
Yo soy un hombre, tal cual,
dialogante natural,
multiparlante casual
y escuchador silencioso
que no para de escuchar
y que jamás hace el oso
por más que intente embaucar
a este y al otro y al otro.
Sed vosotros como yo,
que no dice nunca NO
y veréis qué bien os va.
Punto final. Basta ya.
Si alguien se sintió aludido,
que me deje por perdido
en este bosque animal;
dése por no comprendido
y que no le ataque el mal,
si es que le hubiese ferido
sin más ni más.
¡La vida tiene unas cosas
tan espirituosas…!
Venga, a olvidar.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.2