Pablo Casado, el mirlo gris del PP madrileño

El palentino Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP y por ende miembro del reducido círculo dirigente con mando real en la calle Génova, tiene casi todas las papeletas, Mariano Rajoy mediante, para hacerse cargo del partido en la comunidad de Madrid tras la inevitable dimisión de Cristina Cifuentes.

Ante la inexistencia de un mirlo blanco que pudiera sustituir a Cifuentes tanto en la presidencia de la comunidad como en la del partido, Casado parece ser el elegido para pilotar la comisión gestora que en breves días se hará cargo de la dirección del PP madrileño. Su designación encajaría por otra parte con los rumores que hace meses le sitúan como posible candidato a la Alcaldía de Madrid, donde el grupo municipal del partido quedó descabezado tras la no menos forzada salida de Esperanza Aguirre.

Aunque Casado es diputado del Congreso por Ávila, en realidad su carrera política se ha proyectado siempre desde Madrid, donde, precisamente de la mano de la ex lideresa Aguirre, presidió las Nuevas Generaciones del PP. A su vez, el padrinazgo de José María Aznar, del que durante un tiempo fue asistente, propició su aterrizaje en Ávila para cubrir el hueco dejado en la lista del Congreso por el ex ministro Ángel Acebes, recolocado como alto ejecutivo de Iberdrola.

En su primera incursión electoral en Ávila, generales de 2011, Casado ocupó el numero dos de la candidatura al Congreso, tras el ahora senador Sebastián González, al que en 2015, nombrado ya vicesecretario en Génova, reemplazó como cabeza de lista. En las últimas generales, junio de 2016, intentó encabezar la lista por Palencia, propósito frustrado por la decisión de Rajoy de asignar ese puesto al ministro de Educación, Iñigo Méndez de Vigo, ilustre cunero adornado con el título de IX barón de Claret.

Asimismo, el nombre de Casado fue manejado el pasado año por Juan Vicente Herrera para sustituirle en la presidencia del PP de Castilla y León como candidato único en el pasado congreso autonómico del partido. Pero la negativa de Alfonso Fernández Mañueco a sacrificar su opción en aras de esa componenda, frustró la operación, dando lugar a la celebración de las primarias en las que Herrera y su guardia de corps apoyaron a Antonio Silván con el resultado por todos conocido.

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