San Lorenzo inaugura de forma oficial y con color azulgrana sus fiestas, recordando a Angelín, de Casa Paco

Había ganas entre los peñistas y vecinos de San Lorenzo de que por fin comenzasen, ya sí, de forma oficial, las fiestas del barrio. Y éste se llenaba de disfraces, camisetas y pantalones de colores a última hora de la tarde de ayer para recibir, de gala festiva, a los pregoneros de este 2017; Agustín Cuenca, Quino, Rubén y Javi. Cuatro tipos que, con lo conseguido este año en la Gimnástica Segoviana, han representado la palabra 'ilusión' con todas las letras -y en mayúsculas en muchas ocasiones- de toda una ciudad. Así, era normal que con la subida al escenario de los mismos, y también de parte de la corporación municipal, encabezada por la alcaldesa, Clara Luquero, la expectación y los gritos incrementasen por momentos.

Algo menos esperados se presentaban los pitos a la alcaldesa cuando se disponía a dar las buenas noches y a dirigir unas palabras a quienes atendían -o no- abajo. Muchos de los componentes de las peñas mostraban su descontento y reprochaban a Luquero que no fuese más condescendiente con los horarios de los festejos, extendiendo hasta la madrugada los permisos para hacer ruido. Visto el panorama, la alcaldesa optaba por ser breve y se limitaba a desear que todos disfrutasen con respeto y armonía de las celebraciones.

Entonces sí, llegaba el momento de Agustín Cuenca, presidente de la Gimnástica Segoviana, y de los jugadores procedentes del barrio, quienes decían lo justo y necesario con el micrófono en la mano. El presidente azulgrana recordaba el gran año vivido y animaba a todos los presentes a acompañar al conjunto gimnástico en alguno de sus partidos esta temporada, mientras que Rubén manifestaba el "privilegio" que era dar el pregón que durante tantos años habían vivido desde abajo como unos vecinos más del barrio. "Que lo sigamos viviendo día tras día y año tras año", deseaba Rubén, antes de que Quino tomase la palabra para apuntar que ninguno de sus éxitos con la Gimnástica Segoviana habría sido posible de no "haber dado las primeras patadas en el barrio".

Para finalizar, y antes de que un "¡Viva San Lorenzo!", que descorchó el champán, sonase al unísono en la plaza, Javi quiso recordar, entre una ovación espontánea del público, a Angelín, de Casa Paco "que allá donde esté seguro que nos está viendo". "Nos espera una semana para pasarlo en grande, ¡y que disfrutemos de las mejores fiestas del mundo!", sentenció.