Era Clementina
una dama divina
que me amaba con pasión.
Era Clementina
una góndola marina
en el mar del corazón.
Yo la quise, ella me quiso,
entre los dos hubo hechizo.
Se nos rompió la pasión.
Ahora busco a Clementina,
aún me hiere aquella espina,
tan humana y tan divina
que enloqueció mi razón.
Pregunto a los caminantes.
pregunto a los marineros;
mis penas ya son bastantes
pero no lo son los quieros.
¡Ay, Clementina, mi amor,
vuelve, vuelve por favor.
Para los dos es mejor.
Y mientras, en esta esquina,
ay, de mi desolación,
seguiré poniendo rimas
91 8470225
http://alhilodelavida.blogspot.com.es
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