San Lorenzo inaugura su Mercado Medieval esperando a una nobleza y un clero bien dispuestos a gastar

Sonaba música que recordaba a otra época esta tarde por las calles de San Lorenzo, llamando así a filas a sus vecinos, que iban respondiendo poco a poco a las melodías de los juglares. Éstos, por su parte, iban desfilando por el barrio, encabezados por dos bufones malabaristas, dando a su paso por inaugurado el Mercado Medieval que hasta el domingo dejará vestida de hace más de cinco siglos su plaza y algunas de sus calles, si no hay tormenta de verano primaveral que lo impida.

"Que se enteren en sus casas los que aún no han acudido", pregonaban los bufones una vez en la plaza, mientras confesaban que querían "a la nobleza y el clero bien dispuestos a gastar". "Vengan todos a esta fiesta, vengan todos los que quieran", insistían, prometiendo "un día de gracia para deleite del alma, de la vista" y enumerando más tarde, todo lo que los visitantes a este mercado podrán encontrar, como avalorios, juguetes, jabones, marcos de fotos, especias o gominolas y también "de nuestros ricos campos, mil productos artesanos".

Para terminar con su discurso, los dos bufones presumían de ser los que hacen "maravillas con palos de malabares" o quienes, mientras le aplastaban la gorra a uno de los vecinos que se habían acercado a escuchar el pregón, "a más de un oso consiguen una sonrisa sacar". También los que se irán el domingo y si no lo hacen mal dejarán "buen recuerdo de esta fiesta sinigual". Antes de dar por concluido el pregón, ambos bufones dejaban dos últimos mensajes a quienes les escuchaban; primero les anticipaban que "podrán comer y reír" y después les reclamaban, "hala, venga, ¡a comprar!".