Procuradora de Ciudadanos, cazada en un flagrante plagio

Si no lo ha cambiado en su reciente congreso, en el código ético de Ciudadanos, partido paladín (a la taza) donde les haya de la regeneración democrática, figuraba la medida de apartar de cualquier cargo a todo aquel que falsificara su curriculum o su cualificación profesional o académica. Un desliz así le costó dimitir como candidato -que no como coordinador provincial- al que iba encabezar la lista al Congreso por León en las elecciones generales de diciembre de 2015.

Desconoce El topillo si Ciudadanos tiene tipificado también el plagio en los discursos o intervenciones de sus cargos públicos, como el que ayer perpetró desde el atril de las Cortes la procuradora abulense Belén Rosado. Se debatía una proposición del grupo popular sobre el acoso escolar y, tan corta como perezosa, Rosado se descolgó con una intervención que plagiaba literalmente varios párrafos de de un reportaje publicado por el diario “El País” el pasado 21 de octubre.

El informativo “Noticias Castilla y León” de la televisión autonómica descubrió el pastel y reprodujo los pasajes de la intervención de la procuradora copiados tal cual de dicho reportaje, que incluían declaraciones textuales de la psicóloga Silvia Álava, especializada en el problema del acoso escolar.

El caso resulta mucho más reprobable cuando, para mayor inri, se trata de una procuradora con dedicación exclusiva por cuenta de las Cortes, que percibe una remuneración global de 94.205 euros brutos anuales correspondiente a su cargo de secretaria tercera de la Mesa de la Cámara. Una conducta que no se compadece nada con la ejemplaridad que exigen los Estatutos de Ciudadanos a sus cargos públicos y orgánicos (además de secretaria de las Cortes, Rosado fue elegida el pasado domingo miembro del nuevo Consejo General del partido).

Dado que la susodicha llevaba escrita su intervención, cabe dudar si el plagio fue cosa directamente suya o lo realizó el “negro” a sueldo del grupo parlamentario que “asesora” las intervenciones de los procuradores. En cualquier caso, la responsabilidad de tan bochornoso episodio es exclusivamente suya. Y de momento no se ha molestado ni en pedir disculpas.