Por escrito se miden mejor las palabras

La comisión parlamentaria que investiga los sobrecostes y demás mamonadas del hospital de Burgos concluirá a finales de este mes la primera fase de su trabajo, completando el medio centenar comparecencias aceptadas por el grupo popular, que vetó todas las que le parecieron inconvenientes para sostener la tesis de la Junta según la cual todo el proceso de adjudicación, construcción, equipamiento y explotación de dicho centro hospitalario es “impecable”.

Pero ni siquiera todos los comparecientes no vetados por el PP habrán pasado por la comisión. Hay una excepción, el constructor burgalés Jesús Arranz Monje, quien, previa aportación de un certificado médico, ha sido exonerado de comparecer personalmente y contestará por escrito las preguntas que le formulen los integrantes de la comisión.

Arranz Monje, de los Arranz Acinas de toda la vida, es, junto al grupo Méndez Pozo, uno de los constructores que, asociados en Urbanizaciones Burgalesas S.L., participó con mas de 20 por ciento en la UTE (luego bautizada como Eficanza) adjudicataria del multimillonario contrato de adjudicación del hospital. Pero además de eso Jesús Arranz es un empresario que en los últimos años ha sido noticia por muchas y diferentes razones, desde la inclusión de su grupo de empresas en la lista de grandes morosos de Hacienda (más de 50 millones de euros) a su presunta relación sentimental con la modelo y presentadora venezolana Ivonne Reyes.

Pero nada de todo lo anterior constituye motivo de preocupación para el PP. Ni tampoco que Arranz Acinas S.L., a través de su filial Aroasa, fuera una de las dos empresas adjudicatarias de las obras del bulevard y aparcamiento subterráneo que en enero de 2014 incendiaron a los vecinos del barrio de Gamonal.

Harina de otro costal es la aventura empresarial que Jesús Arranz inicio en el año 2.008 en Panamá, donde creó una sociedad de inversión con otro paisano burgalés, el asesor financiero Francisco Javier Herrera Campo. Según reveló en 2.015 el digital diario.es, en dicha empresa, de la que Herrera era presidente y Arranz secretario, participaron como accionistas minoritarios dos testaferros relacionados a su vez con cientos de empresas panameñas. Una conexión ésta, la panameña, que ha dado mucho que hablar y que quizá explique la “inconveniencia” de que Arranz comparezca en vivo y en directo ante la comisión parlamentaria del hospital de Burgos.