Luquero vende como éxitos de 2016 proyectos inacabados como la estación de autobuses o el pliego de transporte urbano

En cada una de las dos puertas de entrada del salón del Hotel Cándido, flanqueadas por armaduras, se han apostado la alcaldesa, Clara Luquero, y el portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento, Alfonso Reguera. Como si de un besamanos se tratara, iban recibiendo a los invitados: Miembros de la cultura, del deporte o de las asociaciones que reciben subvenciones y todavía conservan buenas relaciones con el Consistorio. Los miembros del resto de la Corporación municipal han brillado por su ausencia. Para no perder protagonismo, Reguera ha sido el primero en tomar la palabra y cedérsela a su alcaldesa.

“Hemos intentado mantener relaciones correctas, cordiales, con otras administraciones” ha comenzado Luquero, olvidándose ya de aquellos feos que le hiciera en 2014 el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, al recibirla pero sin fotos, como un claro mensaje de las migajas que de Valladolid recibiría el Ayuntamiento de Segovia bajo su Alcaldía.

“2016 ha sido el año de la estación de autobuses… “hasta que consigamos una digna”. (…) El año de la Avenida de la Constitución, que ha acabado con alguna incidencia, pero el cambio en el asfaltado ha supuesto una mejora rotunda”. (…) Y del pliego de condiciones para licitar el nuevo contrato de transporte público”, se ha ufanado sorprendentemente la regidora. Con razón no se ha invitado a la Oposición, que en numerosas ocasiones ha reprochado al Equipo de Gobierno los retrasos, cuando no el afán electoralista, en estas materias. Este sacar pecho de lo que no se ha conseguido recuerda al episodio del último auto de la Casa de la Parra, en el que el TSJ recordaba a la alcaldesa que no había obedecido la sentencia de derribarla y ella lo vendió como una buena noticia.

“En Participación Ciudadana, hemos aprobado un nuevo reglamento”, ha presumido Luquero. La opinión de la Federación provincial de asociaciones de vecinos que preside Juan Bautista Mullor es muy distinta: “No ha sido consensuado con el movimiento vecinal. Han hecho un reglamento a su medida, no a la de los ciudadanos”, ha lamentado.

En este autobalance, Clara Luquero ha dedicado “un segundo para lo negativo”, donde ha incluido la explosión de la calle Coca de San Lorenzo y otros “disgustos” como “algunas sentencias desfavorables que no hay más remedio que acatar”.

“También ha sido el año de la cesión de la biblioteca de la Calle Real, que veremos como Casa de la Cultura próximamente…”, ha añadido. De nuevo, la alcaldesa se vanagloria de un proyecto que aún no ha visto la luz. Sólo ha faltado que se hubiera jactado de los avances del PEAHIS, el CAT, de lo glamourosos que lucen los carteles publicitarios que proliferan por el casco histórico o hasta por el buen sabor del agua procedente de El Pontón ahora que los segovianos la pagan a millón.