Los títeres se resguardan de la lluvia bajo los soportales y lucen en los recintos cerrados

Fue el caso de la Pendue con su Poli dégaine, cuyo espectáculo se mantuvo gracias a la buena voluntad de la compañía y a un público que no dudó en decir sí cuando se le preguntó si quería que continuara la función, y cuyo teatrillo se trasladó en menos de diez minutos bajo el soportal del Patio del Torreón de Lozoya. Mientras, niños y adultos se agolpaban en el suelo mojado y de pie, más unidos que nunca.

Tampoco pudo el agua con los espectáculos de calle, que  continuaron todos, incluso el Pasacalles del Teatro del Drago, que sale del Hotel Sirenas hasta la Plaza Mayor, que se llevó a cabo dentro de los soportales, al igual que el resto de montajes de este espacio. Son precisamente los títeres de calle los que más gustan a adultos y niños, que son capaces de citar de memoria el nombre o  de cada actuación e incluso convierten en títere hasta el micrófono que les entrevista.

Y frente a las inclemencias del tiempo, los espectáculos de los recintos cerrados lucieron, llenos a rebosar, como los Os Bonecos de Santo Aleixo, títeres tradicionales lusos en el Museo Esteban Vicente, o la Animación con Arena de Ferenc Cakó en San Juan de los Caballeros.

Imprevistos

 
Entre los imprevistos, cabe citar la suspensión de las funciones de Teatro de Ilusiones Animadas a las 18h. en la Casa del Patio de la Tierra, que a la mitad de la sesión no se pudo continuar a causa de la fuerza de la lluvia, y El cuento del viejo lobo de Teatro Konmo, en el Jardín de San Juan de los Caballeros a las 18.30h.  

Otro de los imprevistos del día fue la cancelación del estreno de Circus Funestus de Sofie Krog Teater, por cuestiones de montaje ajenos a la organización.