Cinco hilos para sujetar una marioneta que lleva ya treinta años dejándose manejar por Segovia y su gente

Apenas quedan un par de semanas para que Segovia sujete, del 11 al 16 de mayo, los hilos de una marioneta que lleva treinta años dando vida a una ciudad y una provincia, que sin Titirimundi no estaría situada del mismo modo en los mapas de los miles de aficionados al arte y el espectáculo, que cada año se dan cita en la ciudad para asistir a espectáculos de calle, de patio y de teatros.

"El festival simboliza lo que Segovia quiere ser en el futuro; una ciudad creativa", afirmaba la alcaldesa Clara Luquero esta mañana en la presentación de Titirimundi ante los medios. Ni más ni menos. La ciudad se llena de magia esos días y Luquero, quien apunta que el festival aporta alrededor de 1.650.000 euros cada año a la ciudad en muy pocos días, lo sabe y presume de ello al recordar que, en su ambición por ser ciudad de la Cutura en 2016, Segovia nombró a los titiriteros embajadores de la ciudad. Y es que, como reconocía Luquero, "la ciudad le debe mucho a Titirimundi".

Este año, también, se lo deberá la provincia, que como anticipaban con alegría la diputada de Cultura, Sara Dueñas, y el director del festival, "recuperará Titirimundi, después de unos años en los que no se había estado extendiendo a los municipios como en sus inicios". Ya no sólo serán, por tanto, los niños -más de 5.000 escolares visitarán Titirimundi- quienes se acerquen a la ciudad, gracias a los autobuses que financie la institución provincial, a ver en directo el espectáculo de los títeres, sino que también las marionetas darán rienda suelta a sus hilos y viajarán en una serie de espectáculos a diferentes localidades. Además, la Diputación aportará su propio escenario a la ciudad, ya que el Teatro Juan Bravo acogerá diferentes espectáculos, además de la gala inaugural de Titirimundi el próximo día 11 de mayo a las 20:30 horas.

"Será una gala con varios espectáculos cortos que representan la evolución que ha experimentado el festival y es que a lo largo de estos años ha cambiado extraordinariamente el teatro de títeres", confesaba un Julio Michel entusiasmado a pesar de saber que éste será el festival más austero, con 250.000 euros de presupuesto, de los últimos quince años. Lejos de resignarse, el director de Titirimundi prefería centrarse en lo positivo; en la arena dibujada de Ferenc Cako, en la calidad de Jordi Bertran, La Chana y Kiko Cadaval, los responsables de dar inicio al festival, o en el espectáculo de La Pendue 'Poli dégaine'. De este último, precisamente, admitía Michel que "si hubiese que ver sólo un espectáculo, yo vería cualquiera de La Pendue, o bien 'Poli dégaine' o bien 'Tria fata'".

Julio Michel, para quien Titirimundi es "la irrupción de lo maravilloso en la cotidianeidad", y sus espectáculos remedios de fantasía, sátira, esperpento y transgresión "contra la hipocresía y el cinismo", se detenía también en recomendar, para el público familiar, el pequeño teatro de gestos de la compañía francesa Bêtes de Foires, y para los mayores, la 'Filosofía en el tocador' de Pigmalião, una obra "del Marqués de Sade exclusivamente para adultos; una mirada al lado oscuro del ser humano".

En suma a todo esto, el director del festival de títeres más importante del mundo hablaba también de Titiricole, del interés que ponen los titiriteros en ver la impronta que el festival deja en los más pequeños, o del tiovivo, ese carrusel junto al Acueducto que llega unos días antes de que dé comienzo Titirimundi y "se queda para suavizar ese impacto negativo que produce su fin".

Rusia y el teatro tradicional, invitados de excepción
Saturado por toda la información y todos los espectáculos, que volverán a tener lugar en patios, recintos cerrados y también en las calles, que rodean al festival, Julio Michel casi olvidaba citar que en esta trigésima edición de Titirimundi el festival inaugurará una "mirada especial a Rusia, un manantial de títeres, un lugar donde tenemos que mirar obligatoriamente".

De momento, la fascinación de Julio Michel por su descubrimiento del papel del títere en Rusia tendrá que conformarse este año con la presencia, únicamente, de dos compañías. Sin embargo, el director de Titirimundi ya avisaba que en la próxima edición serán seis las compañías presentes. Por otro lado, Michel anunciaba la presencia de Os Bonecos de Santo Aleixo, para él "la compañía de Europa que mejor preserva los títeres tradicionales".

Dentro de quince días, la tradición principal que existirá en Segovia será la de ese pequeño escenario en el que se convierte la ciudad cada año desde hace treinta, dando pie, como afirmaba la directora general de Políticas Culturales de la Junta, Mar Sancho, a "uno de los hitos de la Comunidad; no sólo destinado al público local, sino a uno familiar también, que permite captar visitantes de entornos próximos, algo destacable en la promoción de la cultura". "Una cita obligada para muchas familias", como declaraba la subdelegada del Gobierno, Pilar Sanz, o simplemente, "un evento de esta dimensión", como lo describía Pablo Sanz, director de la oficina principal de CaixaBank en Segovia y el último en querer sostener los hilos de un festival que cada primavera maneja a su antojo y da vida a las calles y plazas de la ciudad.