El Área de Cultura anima a los ciudadanos de la provincia a inscribirse en las "Aulas para convivir cantando"

La propuesta, presentada esta mañana en rueda de prensa por la diputada de Cultura y Juventud, Sara Dueñas, el técnico de Cultura, Santiago Gómez, y José Ramón Bayón, profesor de estas Aulas, consiste en crear, en torno a la música y a un marco espacio-temporal compartido, una alternativa de ocio y convivencia. Su éxito se justifica en que desde que comenzó el proyecto en 2011, el número de participantes en estas clases no ha cesado de aumentar, pasando de 150 en su primera edición, a los 260 actuales.

Desde el principio, también las actividades ofrecidas dentro de estas aulas han tenido un crecimiento exponencial, y de una idea inicial que consistía en una clase semanal de entre 60 y 75 minutos de duración más una audición de clausura de curso, los alumnos han pasado en las últimas ediciones a acudir a clases extra para grupos de voces concretas, realizar actividades de difusión tanto en Navidad como a final de curso, actuar como agrupación coral en los propios pueblos, ensayar para la preparación de piezas conjuntas, acudir a festivales de verano en los municipios que así lo han solicitado, o incluso a formar parte de un coro de selección entre todos los alumnos.

Así lo ha hecho constar Sara Dueñas, quien ha explicado que “la idea partió del ocio, y en cada nueva edición está fomentando más la educación vocal de los ciudadanos de estos pueblos”.

El proyecto tiene carácter educativo, pero esto no quiere decir que esté dirigido a los niños; la música debe ser un elemento que una culturas y generaciones, o al menos así se entiende desde la Diputación.

Por este motivo, entre los objetivos de "Aulas para convivir cantando" queda especificado que el proyecto está orientado para que personas mayores, padres, madres, pequeños, discapacitados, inmigrantes o cualquier habitante de los pueblos participantes que tenga una mínima curiosidad o interés por la música y muchas ganas de dar la nota, se una a sus vecinos al menos una vez por semana para poder compartir con ellos un rato de melodías, cantos y partituras. No en vano, y tal y como ha ejemplificado Bayón, “empezamos ayer en Navafría, y para que vean la importancia de la convivencia en este programa, se presentó una persona de 98 años; al margen de la calidad musical, conseguimos una convivencia espacial en la que hay desde niños de 3 años hasta, como en este caso, adultos de casi cien”.

Los habitantes de las poblaciones de Adrados, Cozuelos de Fuentidueña, Frumales, Sauquillo de Cabezas, Sebúlcor, Veganzones, Navafría, Pedraza, Torreval de San Pedro, Martín Muñoz de las Posadas, Martín Muñoz de la Dehesa y Juarros de Voltoya están invitados a inscribirse en estas aulas impartidas por José Ramón Bayón, una persona comprometida con la preparación de las clases y la organización de las actividades complementarias que se vayan estableciendo a lo largo del curso.

“Necesitamos del esfuerzo y la intención de la gente”, ha comentado el profesor; y de momento, para ello, los ayuntamientos de estas doce localidades ya han firmado un convenio de colaboración por el que se comprometen a poner a disposición de los alumnos un local donde se impartan las clases.

La intención final es que se forme, al económico precio de 30 euros por familia (independientemente del número de miembros que se apunten), tal pasión por la música que mantener o crear una agrupación coral en cada una de las localidades sea un objetivo real. Que poco a poco las semillas que se empezaron a sembrar en las cuerdas vocales de sus habitantes en 2011 terminen dando como fruto una amplia selección de corales dispuestas a reinventarse año tras año y continuar retroalimentando un programa que tendrá sus fechas más especiales y señaladas en los dos festivales anuales que se organizarán; primero en un pueblo de la provincia y más tarde sobre el escenario del Teatro Juan Bravo.