Todo el peso de la ley amenaza con asfixiar a Cobos de Segovia

María del Carmen cayó, con sus 120 kilos de peso y una mochila de 20 kgs. más con productos para fumigar, dentro de una tumba cuando limpiaba el cementerio. Se fracturó los dos tobillos y hubo de ser rescatada por los bomberos. Al parecer, "para agilizar el trabajo, iba saltando de tumba en tumba", según se ha publicado citando su propia declaración recogida en la sentencia. La Seguridad Social le reconoció la invalidez total y ella demandó al pueblo para conseguir una indemnización, dado que el Ayuntamiento entonces no disponía de seguro de riesgos laborales.

El Juzgado de lo Social de Segovia no le dio la razón, pero recurrió y tanto el Tribunal Superior de Justicia de Burgos como el Tribunal Supremo sí se la han dado. Se estima que la indemnización puede llegar a alcanzar los 80.000 euros. Las condiciones de la indemnización serán fijadas próximamente en una vista en el Juzgado de lo Social de Segovia, según ha informado el alcalde.

El Ayuntamiento intenta llegar a un acuerdo extrajudicial

"A estas alturas, mi opinión no va a ningún lado. Hay una sentencia del Tribunal Supremo que tengo que cumplir. Aunque no sé de dónde vamos a sacar el dinero", confiesa Javier García, quien sostiene que el presupuesto municipal es de 20.000 euros y ya asume que la indemnización podrá salir de cortes en el alumbrado público, calefacción, venta de patrimonio municipal, etc. El regidor también ha informado que el Ayuntamiento mantiene conversaciones para intentar llegar a algún tipo de acuerdo extrajudicial.

Los vecinos, que según el alcalde "están muy indignados", tachan a la exlimpiadora de "lianta", critican que reciba una indemnización de la Seguridad Social por no por trabajar, pero sigue trabajando, y aseguran que ha sido vista bailando en una verbena de un pueblo vecino.

Según ha publicado 'El Mundo', "Mari Carmen vive con su marido y sus dos hijos adolescentes en Sangarcía, a apenas tres kilómetros de distancia del lugar del accidente. Es una mujer sencilla que se lleva alguna propina por mostrar la iglesia a los turistas y malvive con la pensión de 340 euros que le concedió la Seguridad Social. Su marido está en el paro y espera como agua de mayo a cobrar un dinero sobre cuya legitimidad no alberga dudas: "Yo lamento los problemas de Cobos, mi intención nunca ha sido hacer ningún daño, estoy haciendo lo mismo que haría cualquiera, luchar por lo que me corresponde. (…) Los de Cobos dicen que si venden terrenos no tendrán dónde llevar a los animales a pastar pero ¡si no tienen animales!", dice. Por el momento no se acerca por el pueblo vecino "porque teme salir a pedradas".