Cuñas de la misma madera

Ya sea a causa de los muchos ninguneos sufridos desde Madrid, ya sea por discrepancias reales, ya sea por desmarques oportunistas, el hecho es que los roces entre la Junta y el gobierno Rajoy siguen a la orden del día. Ayer mismo oímos a la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, criticar la enésima subida de las tarifas eléctricas, que a su juicio va a encarecer los costes de producción del sector, poniendo en peligro el futuro del regadío. La consejera anuncia que va a trasladar esa preocupación al ministro del ramo, Miguel Arias Cañete, cuya tortuosa relación con Clemente es sobradamente conocida.


Junto a Arias Cañete, los titulares de Industria y Hacienda, José Manuel Soria y Cristóbal Montoro, forman el trío que más encontronazos ha protagonizado con el gobierno de Juan Vicente Herrera. Pero no son los únicos. La falta de sintonía se extiende a otros ministerios, entre ellos al de Sanidad, como se acaba de poner de manifiesto con motivo del último copago farmaceútico, ahora por los medicamentos consumidos en los hospitales, que el departamento de Ana Mato se ha sacado de la manga. En plena operación de maquillaje de los recortes sociales en Castilla y León, la Junta no ha dudado en desmarcarse de una medida que, además tan mezquina como absurda, ya que producirá un ahorro ínfimo.


El mal rollo con el ministerio de Sanidad no viene de ahora. La mayor fricción no se ha producido con el consejero de Sanidad, Antonio Sáez, sino con la consejera de Familia, Milagros Marcos, y ha sido por cuenta de la aplicación de las ayudas a la Dependencia. Si alguien pensó que con el nombramiento de César Antón como director general del IMSERSO la Junta iba a ganar un aliado, apañado estaba. La relación entre el ex consejero de Familia y su sucesora y antigua subordinada en la consejería es más que tensa. Según cuentan, casi tormentosa. Ya se sabe que no hay peores cuñas que las de la misma madera.


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