En Segovia, a 23 de septiembre de 2013.
"Sr. Obispo, quizá le sorprenda que estas líneas, además de llegarle por el cauce oficial adecuado, vean la luz en los medios de comunicación y lleguen a más altas instancias de la Iglesia, pero el dolor del grupo de colaboradores del Santuario de la Virgen de la Fuencisla que firma esta carta es tan grande que no podemos guardarlo por más tiempo.
Tras años de incansable trabajo en favor del Santuario, de nuestra querida Madre de la Fuencisla, de la Iglesia de Segovia y, en definitiva, de todos los fieles que se acercan a ese hermoso lugar de las Peñas Grajeras que es la Casa de nuestra Madre, nos vemos condenados al silencio, a la inacción y al desprecio.
Usted, Sr. Obispo, quizá mal aconsejado por otros, nos ha vetado. Muy sutilmente, sí; y por la puerta de atrás. Aprovechando el cambio de Rector del Santuario ha “asesorado” o “aconsejado”, como usted prefiera al nuevo Rector que no cuente con nosotros. Que no cuente con un grupo de mujeres y hombres que en los últimos años se ha dejado la piel hasta conseguir que hoy el Santuario tenga una vida que antes no tenía.
Desde el dolor le preguntamos ¿por qué?. ¿Por qué indica usted al nuevo Rector que no cuente con “el mal llamado Consejo Rector”, pues así nos califica usted?. No sabíamos que sobraban manos en la Iglesia de Segovia para trabajar, para aportar, para llevar el mensaje de Amor y Misericordia de nuestra Madre y su Hijo a cada rincón de esta Diócesis. No sabíamos que hay que tener otros galones y otro renombre para trabajar por el Reino…
A la vista de todos, también a la de sus ojos y los de sus consejeros, están los buenos resultados de nuestro trabajo. Estamos seguros que nuestra dedicación ha hecho sonreír a la Virgen de la Fuencisla pero a usted parece no agradarle. Insistimos, ¿por qué?.
Expresamos en voz alta este sentimiento ya que en anteriores ocasiones hemos solicitado hablar con usted en privado pero no nos ha encontrado dignos de recibirnos. El primer paso para remediar un problema es ponerle nombre y abordarlo; no taparlo y mirar hacia otro lado o, lo que es peor, ponerle un nombre ficticio.
El problema, Sr. Obispo, no es este humilde grupo de colaboradores; el problema es el enquistamiento de las relaciones entre el Santuario y la Cofradía, ambos con unos Estatutos que no se están cumpliendo correctamente.
Con celo inusitado ha procedido a múltiples cambios en la diócesis, incluyendo el cambio de Rector del Santuario y con ese mismo celo ha ordenado vetarnos. Se veta así un trabajo que lo único que perseguía era acercar la Virgen de la Fuencisla a los segovianos y los segovianos a la Virgen de la Fuencisla. Sin ánimo de lucimiento, sin altivez, ni deseando reconocimientos efímeros, sino movidos únicamente por el amor a nuestra Madre…..algo de lo que otras personas y colectivos no pueden hacer gala, más ocupados en figurar que en aportar.
Sr. Obispo, entristecidos y decepcionados rogamos a nuestra Madre de la Fuencisla que ilumine su mente y su corazón y la mente y el corazón de sus “consejeros” para futuras decisiones…por el bien de nuestra Diócesis."
Fdo. Grupo de colaboradores del Santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla.
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