A Villanueva le siguen creciendo los enanos

No parece que la Junta haya empezado la presente semana con mejor pie que la anterior, sobre todo el consejero de Economía, Tomás Villanueva, quién hace mucho tiempo que no levanta cabeza. Ayer cosechó dos nuevos reveses. El más importante es que regresó de vacío de la reunión mantenida en el ministerio de Industria entre el Secretario de Estado de la Energía, Alberto Nadal, y representantes de las comunidades autónomas con minería. Las expectativas generadas por la propia Junta acerca del desbloqueo de las ayudas al carbón correspondientes a 2012 se vieron completamente defraudadas, al punto de que tras este encuentro Villanueva ya las da prácticamente por perdidas.

El otro revés para la consejería se produjo en León, donde el Consejo de Administración de Caja España-Caja Duero no pudo celebrarse por falta de quórum. Dado que el Consejo estaba integrado originalmente por 34 miembros, se requería la presencia de un mínimo de 18 y a la cita solo acudieron 13. En realidad los convocados solo eran 25, ya que ocho de los consejeros han dimitido y la senadora Angeles Armisén renunció por incompatibilidad, sin que ninguna de las nueve vacantes se haya cubierto.

De los doce que no asistieron, tres justificaron su ausencia: Carlos Martinez (alcalde socialista de Soria), Begoña Nuñez (concejala socialista en Palencia) y el empresario Bernardo Fernández, que se encontraba fuera de España. Los otros nueve ausentes fueron Francisco Fernández (el ex alcalde socialista de León), Juan Elicio Fierro (concejal del PP en Ponferrada), Cristina Vidal (concejala del PP en Valladolid), el procurador leonés del PP Javier García Prieto, José Antonio Turrado (secretario de ASAJA en León), Marcos García (antiguo presidente provisional de Caja España), los salmantinos Gerardo Pastor y Victoriano Pedraz, y el ugetista Miguel Ángel Alvarez, este último, para mayor inri, consejero también del banco CEISS.

Aunque buena parte de estas ausencias han podido obedecer a una actitud de boicot en disconformidad con los Estatutos propuestos o con el ninguneo de que ha sido objeto el Consejo desde que se constituyó el CEISS, “El topillo” piensa que, de no haberse suprimido la dieta de 480 euros que cobraban los consejeros por cada asistencia, ayer habría habido quórum mas que sobrado. Aunque fuera para hacerse el “harakiri”, esa dieta no la habría personado la mayoría de los ausentes.

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