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Hoy, 21 de junio,
hoy nos abrazamos,
hoy huele la finca
a lluvia y a verano.
Es este un dÃa pleno,
el más largo del año,
el dÃa en el que el Sol,
como un capitán bravo,
nos lanza en color de oro
la daga de sus rayos.
Vedlo allá arriba
y también aquà abajo,
llenándonos de arrobo
y transpasándonos
el pecho de alegrÃa
y olor a arándanos.
Luego a la Noche,
el plenilunio blanco,
escarlata, lechoso,
rosa y anaranjado,
se esparcirá en un cielo
de estrellas tachonado
que por la VÃa Láctea
caminará a Santiago
de Compostela
a lomos de un caballo.
Hoy galopan los rÃos
sobre los cantos rodados,
hoy galopan las nubes
y vuelan los pájaros,
hoy el orbe se enciende
y bulle el campo
con flores a porfÃa
de prado en prado.
Vedlo con vuestros ojos,
vedlo y mirarlo
una y mil veces,
pues se luce dorado.
Y a vivir, a vivir,
que hay mucho espacio
en el que jugar
y sembrar sin empacho
colgados del columpio
o rodando el aro,
la carretilla
o el tronco de un árbol,
sea olmo, roble,
cerezo o castaño.
Párate, oh Sol,
dijo Moisés el santo,
el niño que en el Nilo,
envuelto en un canasto,
por las hijas del egipcio Faraón
fuera salvado.
Y lo dijo al intentar,
brazos en alto,
entrar en Jericó, la tierra
que Yaveh habÃa entregado
a la su descendencia,
milagro tras milagro.
Allà –Israel o Palestina-
les esperaban borrachos
los racimos de las uvas
y los cubÃculos enmielados
de las abejas de oro
haciendo su trabajo.
Allà los filisteos
huÃan como diablos
con el rabo entre las piernas
cuando Aarón les dio sablazos:
(Aarón, el primogénito
de Moisés antes citado…)
¡Oh Sol, Sol, Sol, Sol,
el Sol del dÃa más largo!
Llego ya al fin del poema,
aquà os lo dejo y me callo.
Solo le falta un detalle
y el detalle es vuestro aplauso
al abuelo que os rimó
este romance de sábado,
hecho al castellano modo
del romancero lorquiano.
(Suenan palmas, bravos y aplausos)
Ahora me siento a la espera
de vuestro propio teatro.
Salgan a escena Héctor, Alba,
Manu, Mateo… ¡y Pablo!,
cuatro nietos y una nieta
perfectamente educados.
También sale a escena Pan,
perra pastora a su cuidado.
(Sobre el tapiz verde de la finca de la Casa Alta en Aoslos-La
Acebeda, demuestran entonces los niños su valÃa de actorazos y
luego se dan un paseo con sus papás por la dehesa boyal del
entorno, armados con bastones chinos, por si acaso. Antes se
han tomado una tarta de nata y chocolate para celebrar dos
cumpleaños: el de Alba, 9, y el de Pablo, 5. Sic transit gloria
mundi).
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