Cómo pintar de luz el vacío, enseña el vitralista segoviano Carlos Muñoz de Pablos, que este miércoles fue nombrado Guía de Honor por parte de una agradecida Asociación de Guías Oficiales de Turismo de Segovia.
Restaurador de las vidrieras de la Catedral de Segovia y autor de los óculos del Alcázar, entre otras muchas obras a lo largo de una dilatada trayectoria profesional, se siente orgulloso “del trabajo bien hecho”.
Tanto en el acto con los guías como en la entrevista, en su taller de Segovia, un auténtico templo, el artista ofreció toda una masterclass de su actividad, concebida como la sinfonía de distintos oficios para interpretar “la partitura de la vidriera”. Con toda su armonía de color, sus notas blancas y sus negras.
Porque las vidrieras cuentan historias, y porque Carlos Muñoz de Pablos es un gran maestro, le da mucha importancia a la transmisión de conocimientos, a través de la enseñanza, de los guías, de los medios de comunicación, del formato audiovisual… En este sentido, Eliseo de Pablos está ultimando un documental sobre su figura y su obra que verá la luz en los próximos meses.
“Nos dejamos fotografiar y contamos lo que sabemos. La vidriera, como todas las actividades del fuego, esto es una técnica del fuego como es la cerámica, el esmalte o la fundición a la cera perdida, participa de una cosa muy antigua que es la Edad Media y hay un planteamiento alquímico que es místico. Paracelso es el alquimista que se hace químico. El que empieza a formular la materia de una manera universal. Ahí hay un misterio muy interesante que hay que seguir. Ahora ya no hay misterio, porque lo más universal es el arte y la ciencia. Hay que seguir formulando que ese lenguaje sea universal y poder transmitir con cosas concretas un lenguaje. Que el soporte sea entendible y sea manejable”, explica.
Preguntado sobre qué es lo que le gustaría que se conociera de su actividad, el vitralista no duda: “El conocimiento de gente que no se valora. Cosas patrimoniales que hemos heredado de artistas. Hay una aportación generosa, pero hay que tenerlos en cuenta porque tienen nombres y apellidos aunque no esté firmado. Para que eso tenga continuidad, tenemos que propiciar la formación de artistas contemporáneos que van a ser los autores de las Edades del Hombre del futuro. Esa es la cultura, la comunicación y la transmisión del conocimiento, de las ideas y de la sensibilidad. Todos esos conocimientos inmediatamente se convierten en patrimonio de todos. Y eso me parece muy importante”.
A la cuestión de qué es lo que más le emociona de su arte, Carlos Muñoz de Pablos contesta: “Cuando está hecho, pues no. Me emociono, o me motivo cuando lo estoy haciendo. Con las equivocaciones. No puedes acertar si no te has equivocado. Corregir, enmendar es como un lenguaje, es como un diálogo contigo mismo. Esa es la emoción más importante. El tratar de comunicar una serie de cosas a partir de un soporte que es materia. Y la materia es táctil, se toca, se ve, se huele… Todos los sentidos están ahí. Esa es la acción de hacer, de crear. Eso es lo más emocionante, el día a día”.
La vidriera tiene un gran pasado ¿Cuál es su futuro? Ante esto, el artista afronta el reto: “Intentamos darle futuro, porque la vidriera siempre es subsidiaria de la arquitectura. El fundamento inicial es el cerramiento de un hueco y el hueco ha evolucionado mucho y el vidrio ha evolucionado muchísimo. Entonces, adecuar a ese soporte nuevo un lenguaje contemporáneo es nuestro desafío, nuestra aventura. Yo creo que lo vamos a conseguir”.








Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.155