Análisis fotogramétricos y modelos 3D permitirán hacernos una idea de la Puerta de San Juan a través de la historia, una de las cinco que daban acceso al recinto amurallado de Segovia, desaparecida y derribada a finales del siglo XIX. Así lo explicó Clara Martín, arqueóloga que trabaja en los hallazgos aparecidos con motivo de la urbanización integral de la calle San Juan, en la jornada informativa del pasado martes en la Casa de la Lectura, que se quedó pequeña para acoger a tantos segovianos interesados.
“Vamos a enlazar todos los datos que os hemos ido contando a lo largo de las obras. Por un lado contaremos toda la evolución histórica de la calle y además daremos un poco muestra de los resultados de la investigación con la creación de los modelos 3D que hemos realizado, tanto del cubo de la muralla como de la bóveda, que fue imposible acceder a ella por cuestiones de seguridad y, gracias a un levantamiento fotogramétrico, va a estar visible para todos”, desveló la arqueóloga minutos antes de la charla.
Las obras de reurbanización que lleva a cabo el Ayuntamiento de Segovia en la calle San Juan han sacado a la luz distintos elementos arqueológicos, fragmentos que hablan del pasado de la ciudad y, en concreto, de esa zona. Los elementos están vinculados con el desarrollo urbano de la calle, ocultos con las diferentes obras realizadas en San Juan a lo largo del siglo XX.
Se ha localizado un cubo de planta cuadrada de la Muralla que serviría como apoyo de la puerta medieval en el lado exterior de la ladera, así como el antiguo trazado de la calle previo al proyecto de alineación del arquitecto municipal Joaquín Odriozola. Esa construcción, posiblemente del último tercio del siglo XVII, se mantuvo hasta el año 1888, año en el que Odriozola lleva a cabo la reforma del ensanche de la mitad superior de la cuesta. En su proyecto, el arquitecto sólo desmonta aquello que impide desarrollar su proyecto como el arco de San Juan, de 1705.
Otro de los restos, localizado en el subsuelo, es una bóveda, parcialmente cegada, en la zona media de la calle. Esta estructura está realizada con sillares de caliza, de 2,3 m de profundidad, 5,4 m de ancho y 3,4 m de altura máxima. En la parte superior, esta bóveda está cubierta con una fábrica de mampostería.










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