A principios del 2017, el fotógrafo diseñó para sus proyectos un proceso híbrido con base analógica y fijado digital, que desembocó en el diseño de la primera cámara mono lente para la obtención de negativos tipo lumen.
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Palacio Quintanar acogerá desde mañana viernes 2 de marzo la exposición ‘Escenografías indefinidas’ del jefe del Departamento de Imagen y Diseño de la Escuela de Arte y Superior de C.R.B.C. de Ávila, Jorge Otero, que podrá visitarse hasta el 22 de abril.
Fotógrafo experimental, en los últimos años ha centrado su actividad en la divulgación e investigación de las distintas fases del proceso fotográfico. Su fotografía tiene un fuerte carácter conceptual que se centra en la actitud frente a la toma fotográfica.
A principios del 2017 diseñó para sus proyectos un proceso híbrido con base analógica y fijado digital, que desembocó en el diseño de la primera cámara mono lente para la obtención de negativos tipo lumen. El proceso denominado Lumboxing, replantea los estándares predefinidos de la fotografía analógica, eliminando el cuarto oscuro y el procesado en laboratorio. El papel fotográfico se carga a la luz y la imagen negativa aparece sin necesidad de ningún procesado químico.
Otero comenzó usando una sola lente rápida con papel fotográfico, al mismo tiempo que iniciaba la técnica de humedecer el papel con la intención de acelerar el efecto de captura de imagen.
El Lumboxing, supone el uso de lentes rápidas para crear imágenes pictóricas, un proceso que sólo ha podido ser posible en las últimas décadas. Dada la naturaleza efímera del negativo resultante, -las impresiones siguen siendo sensibles a la luz y, por lo tanto, corren el riesgo de desaparecer si continúan expuestas a la misma-, se requiere una pronta digitalización a través de escanear o fotografiar con una cámara digital, después de lo cual el archivo de imagen resultante se puede procesar, invirtiendo los tonos con un software de edición de fotos, para crear un archivo que pueda imprimirse digitalmente.
Echar un primer vistazo a un negativo bajo una iluminación tenue siempre va acompañado de la expectativa de un nuevo descubrimiento. No hay dos impresiones iguales, mientras que la paleta de colores del negativo en sí es a menudo más agradable que los tonos que aparecen en la imagen digital positiva.
La imagen resultante puede variar ampliamente, dependiendo de la intensidad de la iluminación de la escena, el color de los sujetos y los tiempos de exposición involucrados. La humectación previa con agua también cambia un poco la paleta de colores. En ocasiones también se produce la acumulación de agua cerca del borde inferior, lo que produce la aparición de tonos oscuros que contribuyen a ese resultado misterioso característico de la fotografía lumen, cuyos ejemplos podrán verse en el Palacio de Quintanar.






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