Los sueños segovianos de Luis Moro se hacen realidad aumentada

Este martes, Luis Moro inauguró la muestra ’Interacciones’ en la Galería Hispánica de México en la semana del arte del Distrito Federal. En ella, evoca los mitológicos jardines de San Ildefonso: Las hojas que caen sobre las fuentes, las ramas secas que sirven de hogar a los caracoles de bronce, los líquenes cubriendo el metal abriéndose paso sobre un extinto barniz dorado…

Y, en una suerte de realismo mágico, los hace dialogar con elementos del nuevo mundo y las nuevas tecnologías. Así, la naturaleza, esencial en la obra de Moro, la pura segoviana y la desbordante mexicana, interactúa con elementos decadentes obra de la mano del hombre y sus ansias de grandeza, como la composición que describe el propio artista: “La jaula oxidada se balancea, ligeramente con el canto del pájaro que observa un avión hacia el infinito”.

A lo largo de su trayectoria artística, Luis Moro ha dado sobradas muestras de manejar con excepcional destreza distintas técnicas y materiales: La pintura, el grabado, la escultura; los metales, la piedra, la luz… Últimamente, explora el mundo de posibilidades que ofrecen herramientas de nueva generación como la tecnología cinética o la realidad aumentada, para animar su particular jardín.

Un jardín animado por seres híbridos a caballo entre el sueño y la máquina. Como si la vida que quiere reflejar no cupiera en su crisálida. Por eso no es difícil imaginar que su enorme pez mecánico rompa pronto la retícula que lo aprisiona y nade pronto libre por aguas tecnológicamente cada vez más expresivas.

"Es un lienzo en realidad aumentada"

Pero la inspiración siempre está en la naturaleza. En la perfección del exoesqueleto del saltamontes. En el parpadeo multicolor de una mariposa. En el cristal del ala de una libélula. En la memoria líquida del agua. En el abrazo de luz de la nieve. En el brillo cruel del hielo.

También en los viejos sitios donde amó la vida. “Caen unas gotas del cielo en el estanque de las carpas y peces transparentes, en un devenir interactivo que el joven monarca dejó renderizando para su ilusión animada. Es un lienzo en realidad aumentada donde la kinect de los sueños transforma las blancas palomas en sombras que habitaron el palacio, ahora en ruinas, olvidado en el tiempo, dejado al destino de los dioses aztecas. Convertidos ahora en dorados sueños de plomo”, escribe Moro.

Las ‘Interacciones’ se entremezclan con las ‘Miradas cruzadas’, exposición abierta hasta el 25 de febrero en el Palacio de los Gurza, museo de Historia y Arte de Durango, que compagina las carpetas litográficas de Luis Moro y los poemas los premios Cervantes Elena Poniatowska y Antonio Gamoneda. Esta muestra ya se presentó en La Alhóndiga de Segovia en primicia y en el Museo Nacional de La Estampa de México (MUNAE), con la presencia de la propia Poniatowska.

A principios del mes de febrero, la serie pictórica ‘Alados’, también con realidad aumentada, voló hasta Burdeos (Francia), concretamente hasta su Salón de Arte Contemporáneo, de la mano de Little Gallery. Y este mismo mes, Luis Moro expondrá en la Feria Art Madrid, con la Galería Rodrigo Juarranz, algunas pinturas de la serie Tlatelolco, que de nuevo pudimos ver antes que nadie en Segovia, junto con las ediciones de Poniatowska y Gamoneda.