César Humberto Saldaña, por su parte, ha recogido el accésit que otorga la Diputación, por su poemario 'Pozo de Silencio'.
Musicalidad. Eso es lo primero que viene a la cabeza al oír recitar a Antonio Praena, ganador del XXVII Premio Jaime Gil de Biedma. Da igual que él considere su poemario, 'Historia de un alma', "un libro escabroso, arriesgado y que busca, en cierta manera, provocar, dejando en manos del lector la última palabra", tal y como aseguraba con teatralidad en sus palabras de agradecimiento, momentos después de recoger el galardón. Y es que, tal y como apuntaba Gonzalo Santonja, presidente del jurado, "los libros de Praena son literarios; tiene una técnica literaria prodigiosa que se instala entre lo imaginado y lo real para construir obras muy verosímiles, muy intensas y muy cargadas de realidad". Praena, por lo que se ha podido escuchar en los cuatro o cinco poemas recitados durante el acto de entrega, celebrado en la Diputación de Segovia, organizadora del Premio, se ha merecido los 10.000 euros de dotación del mismo por saber jugar con las palabras, con su sonoridad y con sus conceptos. "Lo hermoso arde en su orden", recitaba.
Durante su intervención, el escritor explicaba que el poemario tenía su origen en las tardes que pasó de pequeño en el barrio de Salamanca, donde su tío ejercía de portero, y desde donde veía pasar coches lujosos recogiendo a prostitutas, en los días en los que trabajó en la cárcel en Salamanca y en las jornadas laborales que pasó acompañando a enfermos terminales de SIDA. "El poeta es un fingidor; quería actuar como fingidor y poner al descubierto estas situaciones", aclaraba el poeta, añadiendo que "cuando los poemas empezaron a aparecer, estaba seguro de que no iban a dar lugar a ningún libro, hasta que fueron constituyendo un retablo amoral de este tiempo; es un libro Nietziano, posmoderno, y el último reto era retirar al poeta para no hacer un juicio de superioridad moral".
"Si la palabra busca decirlo, ella encuentra su camino", sentenciaba el nuevo Premio Gil de Biedma entre aliteraciones, reconociendo que 'Historia de un alma' es la historia de "un libro sin poeta, sin mí, con un personaje que profesa los antivalores que yo no tengo".
En el lado opuesto, el poemario merecedor del accésit, como indicaba Gonzalo Santonja, que hacía ver que, mientras el ganador es un escritor contrastado, con cuatro libros publicados entre sus letras, el mexicano César Humberto Saldaña, es un autor desconocido hasta ahora. Sobre 'Pozo de silencio', Santoja manifestaba que el título no podía ser más "exacto; rescata del pozo del silencio a un poeta que tenía muchos versos que regalarnos".
El presidente del jurado, además, reconocía que el veredicto se había otorgado en su favor, con los 3.000 euros que ello conlleva, por tres componentes especiales: un elemento noblemente autobiográfico, tener muy presente el hoy desgarrador de Mexico y el equilibrio de haber logrado "hacer un libro unitario que al final sea un río, aunque tenga diversos afluentes".
Ambos poetas se atrevían a compartir algunos poemas con el público asistente, dando muestra, como señalaba el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, de que "las inquietudes, afanes, lenguajes y subjetividad de cada creador es irrepetible", y que por ello, cada nueva convocatoria del Jaime Gil de Biedma es "un momento singular y no comparable a otros eventos anteriores".
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