La quinta edición de esta iniciativa vuelve a incluir muchas perspectivas de lo que podrían haber sido los sentimientos y sensaciones de los presos en las celdas.
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Pensar en el preso y en su encierro parece resultar inevitable a la hora de enfrentarse vital y artísticamente a las celdas de una cárcel. Da igual si esas celdas han sido reconvertidas en galerías y el centro penitenciario en espacio cultural. Siempre quedan las pesadas puertas, las paredes altas, el espacio reducido y las diminutas ventanas demasiado lejos del suelo. Eso imaginamos cuando entramos por primera vez en La Cárcel y eso deben pensar también la mayoría de los artistas que cada año participan, con mayor o menor acierto, con mejor o peor entendida creatividad, en la iniciativa 'Galerías', que hoy presentaba su quinta edición junto a los artífices de la reconversión de las celdas en este 2017.
Sin ninguna duda, el común divisor, aunque siempre hay excepciones, es el meterse en la cabeza del preso; el qué pensaría, qué sentiría, cómo se movería, qué soñaría, cómo pasaría el tiempo. En este sentido hay galerías para todo tipo de cabezas; desde la que desmontaría el plano de La Cárcel hasta el que escribe una carta a su madre en las paredes, desde el que hace un camino por el horizonte de la mente del prisionero hasta el que realiza el viaje desde el centro penitenciario de Torredondo hasta la prisión de Valdemoro en Madrid en una hora diecisiete minutos y 42 segundos. O quien encuentra en la celda un mar de tormentos e invita a subir a la balsa de Medusa. Hay quien imagina una conversación entre dos presos sin cara, únicamente con voz y hay quien propone veinte itinerarios con un punto de partida y un destino común, la misma celda.
Siempre hay excepciones, es cierto; siempre hay quien deja a los prisioneros a un lado y trata de no pensar en lo que fue aquel lugar. Como quien guantes de boxeo en mano apuesta por utilizar el espacio que le presta La Cárcel para grabar y después golpear el Código de Hammurabi, la ley, en un saco de encajar golpes. Hay quien ve el amor como una cárcel y quien propone un encogimiento de los sentidos, permitiendo únicamente escuchar con una capucha sobre los ojos lo que se instala en seis reproductores de audio colocados en la celda. Hay quien utiliza la celda para crear una selva y quien apuesta por una lavandería para la conciencia.
En total son 25 los proyectos, según la alcaldesa Clara Luquero, entre 100, los que se han presentado a esta nueva edición de las 'Galerías'. "Todas las intervenciones consiguen provocar preguntas, pellizcarnos las conciencias", apuntaba la alcaldesa, instantes después de señalar que en ellas se "interviene desde criterios de libertad".
Por su parte, Marifé Santiago, concejala de Cultura, recordaba cómo el arte contemporáneo "no habla de gustos, sino de un grito de libertad que nos permita ayudarnos a que salga esa voz de nuestro interior". "Ponernos delante de nosotros mismos y encontrar nosotros las respuestas frente a esas manifestaciones", añadía Marifé Santiago, antes de proceder a buscar cómo contestar a las preguntas que le plantean las intervenciones que se podrán ver hasta el próximo 29 de octubre de miércoles a domingo y festivos de 11:30 a 14:00 horas y de 18:00 a 21:00 horas.






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