El 30 de septiembre comenzará “Vamos al teatro”, la campaña de teatro infantil que desde 2011, y como prolongación de Titirimundi durante varios fines de semana de otoño –también de manera intensiva en Navidad e inicio de la primavera–, se ha creado junto con el Ayuntamiento y la colaboración de Caja Rural con el fin de ofrecer pellizcos del Festival, pequeñas huellas que mantener durante el año y caminar sobre ellas para no olvidar aquello importante.
“Elegir un teatro a la medida de los niños significa cultivar una mirada” –escribe una destacada compañía italiana-: “No tener miedo de tocar lo profundo, el corazón, la oscuridad, la alegría, lo extraordinario, las emociones, el juego, el misterio de la poesía; disponerse al asombro, cultivar la sencillez y la belleza, escapar de la banalidad, saber hablar a los más pequeños, y, por tanto, a todos”. Con esa idea, “Vamos al teatro” se dirige a mirar a esa infancia que conformará la generación futura y a la que Titirimundi ofrece una garantía de calidad y coherencia, un camino que buscar, una idea que habitar.
Así, durante este trimestre otoñal, “Vamos al teatro” ofrecerá en la Sala Ex.Presa 1 de La Cárcel cinco espectáculos para niños mayores de 3 años: una tierna y sugerente historia de amor y de mar, La Sirenita de La Canica (30 de septiembre y 1 de octubre), en la que Martina, una sirena que no quiere enamorarse, y Martín, un vaquero de Lugo al que no le gusta el olor a pescado, se dejarán llevar por la marea del amor mientras aprendemos a cuidar nuestros océanos; Tres historias tres, de la compañía Ángeles de Trapo (14 y 15 de octubre), un clásico del teatro de títeres que agrupa tres cuentos sobre el bien y el mal, payasos cansados de hacer reír y princesas lugareñas, para estimular la participación de los espectadores; la fábula tradicional rusa La liebre y la zorra, de Pilpira (11 y 12 de noviembre), una historia de búsqueda, coraje y lucha por recuperar lo perdido; El elefantito de La Canica (25 y 26 de noviembre), la versión libre de un cuento de Rudyard Kipling en el que un elefante lleno de curiosidad viaja a través de la selva para averiguar qué come el cocodrilo y comprender que, más allá de sus diferencias, hay algo en común entre los animales: la tierra que habitan, el aire que respiran, el sol que los alumbra, el cielo que los cobija; y El Caso del Fantasma Percusionista, de La Gotera delazotea (9 y 10 de diciembre), un divertido espectáculo con las señas de identidad de la compañía gaditana: un trabajo artesanal lleno de ingenio, sutilidad y dinamismo.
Una campaña que apuesta por los niños, pues la infancia es un interlocutor privilegiado, pero, sobre todo, un lugar poético que lleva en sí las señas del comienzo y la transformación. “Mirar a la infancia es mirar a la humanidad que crece, que nos refleja, que se pregunta y confía en nosotros”.
Más información en: www.titirimundi.com






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