Los ganadores de esta edición, al igual que los de las cuatro anteriores, verán su relato en un libro que publicará la Diputación de Segovia después del verano.
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Entre los concursos de cuentos que, además, tienen ya una Historia, figura el certamen Emiliano Barral, que cada año convoca el Instituto Andrés Laguna, en su afán de honrar la memoria del escultor sepulvedano, y que esta semana conocía a los ganadores de su trigésima novena edición.
En una convocatoria a la que fueron presentados, en su categoría de libre acceso, cerca de 300 obras procedentes de toda España, la más destacada, con 1.500 euros, según el jurado formado por Carlos Aganzo como presidente, Miguel Ángel Rodríguez, Bernardino Herrero, Ana Garrido y María Luz de Frutos, fue la del almeriense Antonio Mejías Pastor. El autor del cuento ganador, al que puso un título original y difícil de pronunciar ‘Sisofromatem’, no quiso perderse el acto en Segovia y dejó apartadas por unas horas sus clases como profesor de Lengua y Literatura en Berja (Almería). Mejías, además de licenciado en Filología Hispánica y en Psicología, ha trabajado para varias ONG’s y cuenta con un Máster en Medio Ambiente, por lo que a la hora de escribir, una afición que le apasiona, cuenta con varios puntos de vista desde los que afilar sus ojos para contar historias.
En cuanto a los premios entregados a aquellos que no han encontrado aún el “Érase una vez” de sus pasos universitarios, el jurado decidió entregar el premio a estudiantes de Bachillerato y Ciclos Formativos, dotado con 500 euros, al relato ‘Nada en especial’, del que es autora Elena López del Barrio, quien además es alumna del propio Instituto Andrés Laguna, mientras que el reconocimiento valorado en 200 euros al mejor cuento de alumnos de 3º y 4º de la ESO fue a parar en manos del alumno del IES Duque de Alburquerque de Cuéllar, Andrés Salamanca Álvarez.
Por último, la joven Beatriz Sánchez del Río recibió el premio de 150 euros entregado al cuento que mejor conquistó al jurado en la categoría para estudiantes de 1º y 2º de ESO. Con una foto de familia a los cuatro ganadores y el deseo de que ninguno de ellos deje de escribir y leer cada día, se puso el ‘colorín colorado’ a una nueva edición de un premio que, como motivación para los más jóvenes, hace años ganó una entonces desconocida Elvira Sastre, cuyos libros invaden ahora, con 25 años, los escaparates de las librerías más prestigiosas de España e Hispanoamérica. De momento, los ganadores de esta edición, al igual que los de las cuatro anteriores, podrán conformarse con encontrar su relato en un libro que publicará la Diputación de Segovia y que llegará, como la vuelta al instituto, después del verano.






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