Emblema, mágico, asombroso, ineludible: Titirimundi se presenta más español que nunca en su 31 cumpleaños

Da la sensación de que los calificativos para describir Titirimundi son inacabables en cada nueva edición. Algunos, como la alcaldesa, Clara Luquero, lo definen como "un emblema para la cultura de nuestra ciudad", otros como el delegado territorial de la Junta, Javier López Escobar, optan por calificarlo de "actividad asombrosa", ausente de cotidaneidad. Para Pilar Sanz, subdelegada del Gobierno, se trata de una "cita ineludible" y para Santiago Gómez, técnico de Cultura en la Diputación, es "un evento imprescindible". Todos ellos, además de José Ángel Matarranz, director de Área de Negocio de CaixaBank en Ávila y Segovia, y el director del festival, Julio Michel, han presentado hoy en el Torreón de Lozoya, junto al anfitrión del lugar, Javier Reguera, la trigésima primera edición de un evento que cada año, como afirmaba la alcaldesa, produce en la ciudad "una simbiosis poderosa entre los entornos monumentales únicos y las creaciones contemporáneas de artistas, tanto en teatros de objetos, como en teatro de títeres y técnicas ancestrales de diferentes partes del mundo".

La llegada del Carrousel d'Andrèa hace unos días ya anunciaba que a la época le queda poco tiempo para "sentir cerca el bullicio y el colorido de lo que nos va a acompañar del 10 al 15 de mayo", como anticipaba Pilar Sanz y que momentos más tarde Julio Michel resumía en cifras: más de 400 representaciones de 38 compañías procedentes de 11 países. Merece la pena dejarlo escrito en números y no palabras. Además, el director del festival avanzaba que será la edición de Titirimundi que cuente con la participación de más compañías españolas, 4 de ellas de Castilla y León. "Titirimundi es una escuela en la que España viene a descubrir qué se hace en el mundo"; y por lo que contaba Michel esta mañana, que colocaba a Rusia como referente tradicional y a Francia como símbolo de la vanguardia, en la península estamos aprendiendo bien. "En Titirimundi somos hijos del festival de Charleville-Mezieres", confesaba Julio Michel.

Acto seguido, el director anunciaba que la inauguración de este 31 cumpleaños de Titirimundi tendrá lugar este año en la sala Ex.Presa a cargo de la compañía vasca Teatro Paraíso con su "inteligentísima adaptación del cuento de Pulgarcito, que habla sobre la tragedia del abandono, con el agravante del Alzheimer". Julio Michel recomendaba esta obra como una de las más interesantes para el público adulto, al tiempo que enumeraba otras como 'La siesta de un fauno' de Non Nova, "un espectáculo bellísimo que vino hace 8 ó 9 años", el gran concierto del Dúo Mayalde, 'Manos arriba' de la compañía Lejo o 'Mi amor, mi conejito' de los franceses Collective Aïeaïeaïe. "Tendría que recomendaros todos; todos los espectáculos son buenísimos", comentaba entusiasmado un Julio Michel que además informaba de que, con cerca de 250.000 euros de presupuesto -el mismo aproximadamente que en 2016- Titirimundi incrementará su número de espectáculos y compañías, "salpicando el festival con pequeñas actuaciones".

Además, se llevarán a cabo cinco talleres, de los cuales tres estarán destinados al público infantil, uno será de construcción de marionetas talladas y otro será de iniciación al teatro de sombras. El director del festival también destacaba la participación de Diputación de Segovia y Junta de Castilla y León para que Titirimundi pueda ser vivido también en 15 rincones diferentes de la provincia y en otras provincias como Burgos, Zamora o Ávila.

Gilbert Legrand o cómo encontrar mundos en los objetos
Para finalizar, y puesto que la rueda de prensa ha tenido lugar en el Torreón de Lozoya, los asistentes han podido comprobar cómo, con ocasión de Titirimundi, las salas del edificio se han convertido en rincones destinados a la imaginación de Gilbert Legrand, un hombre capaz de convertir la bisagra de una puerta en un Superman o una cuchara de palo en la cabeza de un divertido personaje.

"El trabajo habla por sí solo; está inspirado por todos los objetos que me rodean en casa y que pueden resultar familiares para cualquiera", reconocía el artista, que expondrá hasta el próximo 18 de junio una colección de cerca de 200 piezas -50 de ellas fotografías- de un ejercicio y un juego de creatividad que según el propio Legrand ha ido "desarrollando desde hace quince años algo que comenzó de pequeño en mi imaginario".