Los miembros destacados del Cuerpo de Especialistas y de la especialidad de Logística han recibido sus medallas y condecoraciones en un acto que ha tenido lugar en el Patio de Orden de la Academia.
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Cuando en la Academia de Artillería de Segovia hay ojos observando desde las alturas lo que sucede en el Patio de Orden, por norma general, es que es un día especial. Hoy, con el patio lleno de especialistas y un tiempo que acompañaba, el día era, si cabe, aún más especial. El Cuerpo de Especialistas y de la Especialidad de Logística celebraba San Juan Bosco, su patrón, y la cita requería solemnidad pero también alegría; marchas militares e himnos de los que hacen sentir algo por dentro, estés acostumbrado o no.
La vida de San Juan Bosco, relatada por el comandante Fidel García, hacía sonar al patrón como un hombre esforzado y preocupado por su formación y la de los jóvenes; formación que ocupa hoy un "papel destacado en las Fuerzas Armadas", señalaba García. La importancia del conocimiento de los recursos que se manejan y del sistema de armas, el papel crucial del especialista en el mantenimiento y en las condiciones de calidad y operatividad de las armas de trabajo, eran algunos de los aspectos reseñados por el comandante, cuyas palabras eran más tarde secundadas por el coronel director de la Academia, quien en su primera festividad de este tipo desde que manda en centro, admitía haber conocido en sus diferentes destinos "a estos profesionales que miman su material, que lo conocen perfectamente; cada dirección de tiro, cada radar, cada pieza con su número de serie, casi como se conoce a un hijo".
José María Martínez Ferrer, además, expresaba la confianza del resto del Ejército en el personal especialista, indicando que "sabemos que podemos contar con ellos, que no nos van a defraudar, que encontrarán la mejor solución a los problemas de mantenimiento, abastecimiento o gestión, por complicados que sean".
Condecoraciones de diferente relevancia
Antes de escuchar las palabras del coronel director de la Academia, y bajo la ordenada mirada de los alumnos del centro, que arropaban el acto, y también de los familiares que observaban desde los ventanales, algunos miembros del Cuerpo recibían sus condecoraciones y medallas por haber hecho gala y haber ejemplificado con sus acciones ese soporte al que comandante y coronel harían alusión más tarde.
De este modo, en primer lugar, se entregaba la condecoración de plata de la Real Militar Orden de San Hermenegildo al subteniente Carlos Manjón Arroyo, y la encomienda de la Real Militar Orden de San Hermenegildo al brigada Javier Aledo Sanz y al brigada César Concepción Duque. A continuación, se procedía, en atención a los méritos y circunstancias que componen el personal militar, a la imposición de la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco al cabo Gustavo Sacristán Matesanz, y momentos después eran el cabo mayor Javier R. Serrano, el cabo mayor Fausto Carrascal, y el cabo primero Rodolfo Fernández Arribas quienes recibían la Cruz de Plata a la Constancia en el Servicio. El último en ser galardonado era el cabo Joaquín Ramón Serrano con la Cruz de Bronce a la Constancia en el Servicio.






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