Luci, de 82 años de edad y vecina de San Lorenzo, ha fallecido este domingo por inhalación de humo tras la explosión -al parecer de una bombona de gas- que se ha producido en el primer piso del número 5 de la calle Coca. Carlos, de 53 años, en cuya vivienda se ha producido la explosión, continúa estable dentro de la gravedad en la unidad de quemados del Hospital Río Hortega de Valladolid, al sufrir quemaduras graves. Veintiocho vecinos, entre ellos niños y personas de edad avanzada, han sido evacuados y realojados en viviendas de familiares y hoteles.
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El servicio de emergencias 112 tuvo conocimiento del suceso sobre las 5:30 de la mañana y, tras dar aviso a bomberos, Policía Local, Policía Nacional, empresas de gas y emergencias sanitarias, confirmaron el fallecimiento de la mujer, Luci, -que vivía con su marido en el segundo piso- y trasladaron en UVI móvil al varón herido grave con quemaduras -Carlos, albañil, que vivía solo en el 1º-, al Complejo Asistencial de Segovia primero y a la unidad de quemados del Hospital Río Hortega de Valladolid después, donde permanece estable dentro de la gravedad. Este diario se ha hecho eco por error de su fallecimiento publicado en distintos medios citando fuentes municipales, por lo que pedimos disculpas a la familia y a los lectores.
Además, se ha atendido a seis personas leves (afectadas por inhalación de humo, ansiedad, etc.), -cuatro varones de 40 años, 82 años y dos de unos 30, y dos mujeres de 76 y 85 años- trasladadas al Complejo Asistencial de Segovia. Y dos personas más han ido por sus medios al centro de salud donde han sido atendidas y dadas de alta. Entre los afectados por golpes de calor e intoxicación por humo hay dos policías locales y un bombero.
El Pub Celia ha atendido a los vecinos, un bus municipal los ha trasladado
Ya desde la madrugada se ha desalojado a los vecinos del edificio siniestrado, en el número 5 de la calle Coca, junto a los de los portales colindantes de los números 1 y 3. Entre ellos había personas de avanzada edad, varios niños y un bebé. Según ha relatado la alcaldesa, Clara Luquero, se ha pedido el favor al cercano Pub Celia de abrir sus puertas para atender a los vecinos, que posteriormente han sido trasladados en autobús municipal al Pabellón Deportivo Pedro Delgado, donde se les ha atendido de manera integral. De hecho, el GIPDE -Grupo de Intervención Psicológica de Desastres y Emergencias- de la Agencia de Protección Civil para atender a los afectados y familiares en el lugar del suceso ha dado paso a los servicios sociales del Ayuntamiento de Segovia y a la Cruz Roja.
Una vez ubicados en el pabellón, tras el trabajo de desescombro y supervisión de la zona, los vecinos de los portales colindantes han podido regresar a sus casas. Y algunos de los evacuados del edificio donde se ha originado la explosión, bastante dañado, han podido acudir acompañados por personal especializado para intentar recoger documentación, medicinas y objetos de valor en la medida de lo posible.
"Los vecinos del número 5 de la calle Coca no podrán volver a sus casas en mucho tiempo"
Según han explicado los bomberos, los vecinos del edificio número 5 de la calle Coca, de tres plantas, “no podrán volver a sus casas en mucho tiempo”, ya que varias de las viviendas están muy afectadas por la explosión y las llamas. Hay balcones rotos y parte del forjado de uno de los pisos ha caído al garaje. Entre los daños materiales hay que lamentar también cuatro coches dañados. De las 28 personas evacuadas, 20 necesitarán realojo municipal. El resto ha preferido alojarse temporalmente en casas de sus familiares.
“Muere la que estaba bien y queda el enfermo: Su marido tiene alzheimer”, lamentaba por la mañana un vecino refiriéndose a la fallecida mientras miraba trabajar a bomberos y policía en la zona. Recordando la situación de las familias de la fallecida y el herido, a la alcaldesa se le saltaban las lágrimas. Otros afectados han tenido más suerte: “Ha sido un milagro que mi madre se haya salvado”, confesaba el hijo de una de las vecinas. Otro, de origen marroquí, contaba cómo estaba cerca de la ventana, oyó una explosión y al salir él y su familia vieron los escombros. Todos los vecinos estaban viviendo de alquiler. El propietario se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para facilitar toda la información necesaria. Tras el análisis del seguro y los distintos especialistas se determinará si el edificio puede ser restaurado o finalmente derribado.
















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