Sam Outlaw convirtió su 'ciudad fantasma' en una Riaza sorprendida por su música en el Huercasa Country Festival

Amanecía Riaza ayer con muchos 'pendientes' por hacer. En rojo para muchos desde hace varios meses, escuchar en directo a The Mavericks, banda liderada por Raul Malo, uno de los máximos exponentes del country; no en vano, eran varias las personas que se acercaban a mediodía al punto de información turístico del Ayuntamiento para preguntar la hora del comienzo de su concierto dentro de la segunda jornada del Huercasa Country Festival. Para otros, acompañados de la familia, la primera cita del día tenía lugar en El Rasero, espacio en el que la Organización del festival, muy pendiente de que los más pequeños disfrutasen en todo momento del Huercasa Country, había instalado una serie de actividades relacionadas con el medio rural y la vida sana, que abarcaban desde los cuidados a los caballos, hasta el mantenimiento de un huerto, pasando por la concienciación del respeto a los animales o la elaboración de un delicioso batido de remolacha.

Para unos terceros, el día empezaba en la Plaza Mayor de Riaza, donde a las 12:30 horas y con un sol de espanto que, sin embargo, espantó a pocos, los técnicos terminaban de montar un escenario sobre el que apenas una hora más tarde Western Pacific empezaría a tocar mientras abajo del escenario, los componentes del grupo de baile de Huercasa enseñaban al resto de asistentes sus avances en el 'country line dance'. Botas de punta y sombreros de vaquero de todo tipo empezaban a poner guapos y preparados a sus dueños para lo que vendría unas horas después; la segunda jornada del Huercasa Country Festival.

Una segunda jornada que comenzó de nuevo con exquisita puntualidad y que se prolongó más allá de lo previsto gracias a las generosas actuaciones de los tres grupos del cartel; por orden cronológico, Whitney Rose, Sam Outlaw y The Mavericks. Y aunque fueron estos últimos los que más expectación habían creado, la verdadera sorpresa, o la gran revelación del Huercasa Country Festival fue Sam Outlaw.

Acompañado de una guitarrista, Molly Parden, casi sinónimo de 'perfecto complemento', que destapó por la mañana el percance sufrido por ambos mientras esperaban a ser trasladados hasta Segovia, el cantante californiano hizo de Riaza todo menos una 'Ghost town' (Ciudad fantasma), nombre que da título a una de sus canciones más célebres. Aunque hubo quien, malentendiendo un tuit escrito por el cantante en el que afirmaba que nada les impediría tocar en Riaza, temió que el autor del álbum 'Angeleno' no tocase finalmente en el festival, Outlaw no sólo tocó, sino que dejó impresionados a muchos con su country pegadizo y su fabuloso directo.

También la delicadeza de Whitney Rose gustó a otros tantos, quienes vieron en su dueto con Raul Malo cantando 'Be my baby', uno de los grandes momentos para el recuerdo de una tercera edición del Huercasa Country Festival que finalizó con el esperado concierto de The Mavericks revolucionando al público del campo de Las Delicias. La banda liderada por Malo no sólo cantó temas propios, también se atrevió con varias versiones que hicieron bailar a los presentes de todas las maneras posibles. Además, y como anécdota de la noche, quedó que muchos pensasen que con 'Guantanamera' se despedirían tras más de una hora de concierto. Sin embargo, Raul Malo y los suyos siguieron y siguieron, viendo la entrega del público, y el festival terminó más de media hora después de lo previsto. Aunque si hubiese sido por unos cuantos miles, no habría finalizado en toda la noche.