Mujeres actuales con tradición, mecánicos cardiofónicos y músicos de raíz con humor llenan Segovia de folclore

La tarde, que ya venía calentita con el programa de Radio3 Discópolis de José Miguel López realizado desde Segovia, continuó con las presentaciones de discos y libros de La Alhóndiga, que alberga, además de una exposición dedicada al protagonista de este año, Ismael, la habitual feria discográfica.

A continuación, en la sesión doble del Teatro Juan Bravo, los mecánicos del folk, Germán Díaz & David Herrington, ofrecieron la magia de su espectáculo musical basado en los ritmos de los latidos del corazón que el doctor Iriarte grabó en los años 40 del siglo XX y que editó en vinilo  con el nombre de Método Cardiofónico. Tomando como base estos latidos, han creado un universo sonoro único con instrumentos mecánicos. El playasax, la rolmónica cromática, el órgano de barbaría y la caja de música se unen a la manivela de la zanfona y a la grabación de loops en directo para caminar entre la improvisación y la rigidez de los cartones perforados en los que Germán Díaz escribe las melodías. Todo ello acompañado por la trompeta y la tuba de David J. Herrington.

Con el corazón en un puño, salieron las Muyeres a escena. Procedentes de algunos de los grupos de investigación etnográfica más destacados en Asturias, el colectivo que nació en un principio para defender la música de percusión y el papel de la mujer como protagonista y depositaria de la tradición musical asturiana, se convirtió en una aventura musical que es algo más: Una filosofía desde la que reivindicar una memoria poliédrica y común. En su espectáculo, combinan toda la potencia de la tradición más pura con la magia del rito. Con su espectáculo, las Muyeres tiñeron de malva el Teatro Juan Bravo con su paisaje evocador de huellas, posos y restos sonoros que han pervivido hasta nuestros días.

En la siempre especial Plaza de San Martín, los encargados de mantener el calor este viernes fueron los Pan de Capazo, quienes, llenos de energía, melodías fantásticas, instrumentos de otros tiempos y mucho humor, hicieron gala de su folk de raíz sin prejuicios. Gaitas gallegas y húngaras sonando con albokas del País Vasco, kaval de Moldavia y clarinete bajo, zanfona con gardón de Transilvania… Instrumentos y músicas encontrados en sus viajes se mezclan creando un sonido propio e inconfundible. Las composiciones de Pan de Capazo transmiten no sólo lo que han vivido sus componentes, sino también lo que han soñado. El resultado, un divertido concierto de bailes y risas.

Por último, ya a las once de la noche, en Los Zuloaga, Las Migas, cuatro mujeres procedentes de cuatro ciudades diferentes dieron muestra de su heterodoxa visión del flamenco. Música popular de arraigo culto, con ecos zíngaros y latinoamericanos y el Mediterráneo presente siempre en tan personal firmamento sonoro.

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