Hugo Suárez, marionetista: "Tratamos de sacarle el aspecto trascendental de las cosas sencillas"

Con 'Body Rapsody', nos trae una historia de los inicios de la pantomima clásica, clownesca, de objetos, que va pasando a los títeres corporales como una pequeña síntesis de su trayectoria. Según su experiencia, le llega del público mucha emoción, mucha ternura hacia sus títeres, lo que "a veces demuestra que con el cuerpo desnudo uno puede sacar cosas valiosas también, sin necesidad de efectos especiales". Este titiritero con alma de mimo cuenta historias cotidianas muy simples, como un recuerdo. "Tratamos de sacarle el aspecto trascendental de las cosas sencillas teniendo la esperanza de hacer metáforas con poemas visuales", explica.

Aclamado y elogiado mimo, el peruano Hugo Suárez es el creador de un estilo de títeres a partir de partes de su cuerpo que ha generado escuela en todo el mundo. Cuando en 1984 se encontraba trabajando en Italia, conoció a Inés Pasic, una pianista proveniente de Bosnia Herzegovina, y dos años más tarde fundaban la compañía Hugo&Inés. Su primer espectáculo juntos, Regreso a la oscuridad, fue hecho a partir de las manos, entrelazando dedos y solo acompañados de una caja y dos linternas a los costados. Más tarde iniciaron una línea de investigación que les llevó a explorar las posibilidades de crear títeres con otras partes de su cuerpo, como las rodillas, la barriga y los pies, algo que nadie aún había utilizado. Creador del grupo Gala Teatro (2003) junto con Inés Pasic y del Teatro La Santa Rodilla (2005) junto con tres alumnos suyos (Renato Curcio, Roberto White y Ana Santa Cruz), Hugo Suárez ha producido y dirigido espectáculos inolvidables comoEl silencio tiene la palabra (1980), Las Aventuras de Ginocchio (1989), los conocidos Cuentos Pequeños (1996) –una de las obras preferidas por el público de Titirimundi a lo largo de su historia- Manologías (2005) o Cuentos Pequeños 2 (2012). En solitario, Hugo Suárez vuelve aTitirimundi con su especial técnica expresiva, convirtiendo su cuerpo en un gran retablo donde se pasean exóticas y gráciles criaturas que narran suaves historias poéticas en miniatura. Un desfile de personalidades caprichosas que, teniendo la ilusión de poseer una pequeña alma, intentan sobrevivir en el misterio de una metáfora o en el corazón de una carcajada. Esa que les ofrezca el ensueño de una breve existencia antes de morir en el aplauso del público.