La muestra recoge una década de trabajo de los dos autores, por caminos y carreteras, y está compuesta por un conjunto de instantáneas realizadas a lo largo de las cuatro estaciones del año. Las fotografías tienen como objetivo “transmitir la belleza de estas construcciones populares y la de sus envolventes paisajes”. Los visitantes podrán disfrutar de la exposición hasta el próximo19 de octubre.
El Museo de Segovia inaugura mañana una nueva exposición temporal titulada ‘Palomares’, un conjunto de fotografías realizadas por Jesús Molina y Carlos de Guzmán, que recoge una década de trabajo por caminos y carreteras, principalmente de Castilla y León, capturando con el objetivo de la cámara estas construcciones populares.
Con esta muestra, Molina y Guzmán presentan una colección de fotografías en las que estos singulares edificios encajan perfectamente en el paisaje. Las instantáneas han sido realizadas a lo largo de las cuatro estaciones del año, en diferentes momentos del día y con distintas condiciones meteorológicas. El recorrido se ha guiado por aquella geografía con posibilidad de albergar palomares que encajen con un determinado paisaje, más bien amplio y fundamentalmente en Castilla y León, Aragón y alguna provincia de Castilla La Mancha, como Guadalajara. Con la muestra se pretende trasmitir “la belleza de estas construcciones populares y la de sus envolventes paisajes”.
La exposición, que contará con visitas comentadas los sábados de 13.30 a 14.00 horas, podrá verse en el Museo de Segovia desde mañana martes, 9 de septiembre, hasta el 19 de octubre de 2014.
Patrimonio cultural de Castilla y León
Los palomares son construcciones civiles que podemos encontrar abundantemente distribuidos por diversas zonas de España. En Castilla y León existe una gran condensación de esta arquitectura popular. Su historia se remonta a época de ocupación romana en la que, imitando la nidificación natural de estas aves, construyeron paredes de adobe con pequeños nichos que facilitaron su casi domesticación. Son los columbarios, del latín columbus (paloma).
A partir de esta forma simple, posteriormente, surgieron los palomares cerrados, con los nidales en su interior y pequeñas entradas o troneras. Existen multitud de formas de estas construcciones (piramidales, cónicas, cilíndricas, cúbicas,…) y de diferentes materiales en su construcción (adobe, piedra, ladrillo,…). La mayoría se encuentran derruidos o semiderruidos, aunque existen algunos restaurados. Pocos hay que sigan cumpliendo su función primordial, la producción de pichones y la utilización de la palomina como abono natural.






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