Consejero de la Caja atrapado por las preferentes

Está generalmente admitido que una gran parte de los impositores de las cajas de ahorro que suscribieron participaciones preferentes lo hicieron sin ser adecuadamente informados de las características y riesgos de dicho producto financiero. Y más que demostrado que en gran parte de los casos los afectados son tradicionales ahorradores de toda la vida que, estimulados por la rentabilidad ofertada, simplemente transformaron en “preferentes” sus anteriores depósitos a plazo fijo. Nadie pone en duda que ese es el perfil generalizado.

No obstante lo cual también es evidente que existe una minoría de “preferentistas” que suscribieron el producto conociendo perfectamente lo que contrataban, simplemente porque que se trataba de una buena inversión. Y de hecho lo fue durante años, justo hasta que apareció la crisis. Tanto es así que entre los titulares de preferentes hay no pocos empleados y ex empleados de las propias cajas.

Cuando se movilizaron los afectados de Zamora trascendió que entre ellos figuraba Aurelio Tomás, quien, además de vicepresidente segundo y diputado de Economía de la Diputación provincial, formó parte de la asamblea general de Caja España hasta su disolución. Parece claro que Tomás no reúne el perfil de ahorrador engañado. Pero “El topillo” ha conocido otro caso todavía más significativo, ya que se trata de uno de los antiguos miembros del Consejo de Administración de esa misma caja, el órgano que en su momento aprobó las sucesivas emisiones del producto. Un personaje con sobrada formación académica como para no necesitar asesoría jurídica (y menos aún fiscal).

Lo que desconoce “El topillo” es si la cuantía invertida es superior o inferior a los 111.930 euros que dicho consejero percibió de la Caja entre 2004 y 2011 en concepto de dietas. Unos ingresos que en este caso concreto atenúan sin duda las pérdidas sufridas por tan cualificado “preferentista”.

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